Excelencias de la sabiduría - Parte 2
“Entonces
entenderás el temor de Jehová, y hallarás el conocimiento de Dios” Proverbios
2:5.
“Entonces el
ángel de Jehová le dio voces desde el cielo, y dijo: Abraham, Abraham. Y él
respondió: Heme aquí. Y dijo: No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le
hagas nada; porque ya conozco que temes a Dios, por cuanto no me rehusaste tu
hijo, tu único” Génesis 22:11-12.
Entender el
temor de Jehová y hallar el conocimiento de Dios son consideradas como las
excelencias de la sabiduría, pero ¿qué significa esto? Muchos han definido
erróneamente el temor de Jehová como el miedo o pavor que se le debe tener al
Señor; sin embargo, cuando observamos las escrituras, vemos cómo Dios nos
revela que “no hay por qué tener miedo a quien tan perfectamente nos ama, pues
cuando conocemos su perfecto amor, es su amor el que elimina cualquier temor” y
es que, cuando decimos que le tenemos miedo a Dios solo estamos demostrando que
no estamos absolutamente convencidos del amor que Él nos dio (1 Juan 4:18).
Entonces,
¿cómo podemos definir el temor de Jehová? Pues el verdadero temor es aquél que
nos conduce a respetar la autoridad del Señor, pero no por miedo, sino por
amor; como en el caso de Abraham, pues vemos con su ejemplo que decidió
obedecer e ir al lugar que Dios le mandó para hacer el sacrificio de su hijo,
no por miedo a Dios, sino por amor; y es que, por amor decidió demostrar, con
su obediencia, cómo respetaba en todo momento la voluntad de Dios. Y podríamos
preguntarnos ¿en todo momento respeto al Señor? y ¿puedo decir que soy como
Abraham quien por amor obedeció a Dios?
Abraham pudo
entender cuán importante era para Dios que se respetara su palabra, pero
también pudo ver cómo el Señor se le reveló como Dios fiel y proveedor (Génesis
22:13,17-18); de la misma manera, el Señor anhela que le respetemos; ¡recuerda!
no por miedo o pavor, sino por amor. Oración.
«Padre, mi
oración en este día es para que me lleves a entender tu temor y me permitas
hallar tu conocimiento. Tu palabra dice que puedo clamar a ti y tú mismo, por
medio de tu Espíritu Santo que vive y mora en mí, me darás a conocer esas cosas
grandes y ocultas que yo no conozco; hoy yo creo que se cumple esa verdad en
mí, pues te lo he pedido en el nombre de tu precioso Hijo Jesús, amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito
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