Excelencias
de la sabiduría - Parte 1
“Hijo mío,
si recibieres mis palabras, y mis mandamientos guardares dentro de ti, haciendo
estar atento tu oído a la sabiduría; si inclinares tu corazón a la prudencia,
si clamares a la inteligencia, y a la prudencia dieres tu voz; si como a la
plata la buscares, y la escudriñares como a tesoros” Proverbios 2:1-4.
El Señor a
través de las Escrituras nos revela dos claves importantes, recibir y guardar
su palabra para llegar a experimentar las excelencias de la sabiduría. Dos
claves que sin duda alguna, personajes como Abraham supieron implementar.
¿Recuerdas el momento en el que Dios le pide que sacrifique a su único hijo
Isaac a quien él amaba? Si observamos su respuesta veremos cómo Abraham no solo
recibió, aceptó, acogió la orden dada por Dios; sino también cómo guardó de
manera intacta, sin alteración, el mandato del Señor; pues sin dudarlo
obedeció, sin importar sus propios razonamientos, ni sus sentimientos, pues
sujetó su voluntad humana a la voluntad de Dios (Génesis 22:3).
Todos nos
asombramos ante la respuesta de este gran hombre, pero nos hemos preguntado
¿por qué Abraham recibió, guardó y obedeció lo dicho por Dios sin dudar, sin
refutar, sin titubear? Y la respuesta es porque Abraham creía en Dios porque le
conocía; y podía decir que le conocía porque tenía una relación de amistad con
el Señor y sabía que si Dios le estaba haciendo esta petición de entregar en
sacrificio a Isaac, tendría un propósito; pues él estaba seguro que Dios le
amaba y porque le amaba sabía que Él no lo conduciría a planes de calamidad,
sino de bienestar. Pero también Abraham conocía que Dios es un Dios proveedor,
capaz de dar un cordero para el sacrificio (Génesis 22:8), y aun cuando eso no
sucediera y el sacrificio se llevara a cabo, sabía que Dios era Poderoso para
hacer resucitar a Isaac aun de entre los muertos (Hebreos 11:19)
Con este
ejemplo podemos ver el problema que muchos de nosotros enfrentamos en la
actualidad y es que nos cuesta recibir (aceptar) y guardar (sin modificar) lo
que Dios nos dice en su palabra porque no le conocemos. Así que hoy el Señor
nos está llamando a que dediquemos tiempo en conocerle a través del estudio de
su palabra, en la congregación, en nuestros tiempos de devocional, porque si
conociéramos quien es Dios y quien es el que nos está diciendo “recibe y guarda
mi palabra”, entonces sin titubear lo haríamos y Él sin duda alguna nos
conduciría a experimentar, como Abraham, las excelencias de la sabiduría, a
entender el temor de Jehová (respetar su autoridad) y hallar el conocimiento de
Dios; excelencias que veremos en el siguiente devocional. Oración.
«¡Señor! Sé
que tú me hablas a través de tu palabra, pero hoy medito en: ¿la he recibido y
guardado correctamente? Examina mi corazón Dios y permíteme conocer si lo estoy
haciendo fielmente. En el nombre de Jesús, amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito
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