De tumbas a
jardines. Parte 2
“Vienen a Jesús, y ven al que había sido atormentado del
demonio, y que había tenido la legión, sentado, vestido y en su juicio cabal” Marcos 5: 15a.
Jesús ha
venido a dar libertad por medio de la verdad, tanto a los cautivos por el
pecado como a los oprimidos por el enemigo, pues Él mismo manifestó “y
conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Juan 8:32), y es que conocer
la verdad significa conocer a Jesús (Juan 14:6) y su obra redentora, la cual
nos es revelada por medio de su palabra, pues en ella se nos declara que por
amor Él pagó nuestras deudas y que Dios ofreció a Jesucristo como sacrificio
por nuestros pecados, por eso cuando creemos esto Dios perdona todos nuestros
pecados, nos da salvación y vida eterna.
Por lo
tanto, al Gadareno tener un encuentro con la Verdad (Jesús) pudo ser liberado
de la esclavitud del pecado y del tormento en el que lo tenía sometido el
enemigo. De igual manera ha sucedido con nosotros, pues no solo fuimos
liberados de la esclavitud del pecado cuando creímos en Cristo, sino también
incluso ahora somos liberados de aquellas opresiones en las que el enemigo nos
quiere tener sumergidos, pues es el Espíritu Santo quien nos recuerda que ya no
debemos estar sujetos al yugo de la esclavitud cuando Cristo ya nos libertó
(Gálatas 5:1).
Hermanos, no
hay por qué seguir viviendo en sepulcros cuando ya hemos conocido la Verdad;
pues al igual que el Gadareno después del encuentro que tuvo con el Señor no
volvió a ser el mismo (con locura, atormentado y agresivo), sino una persona
consciente del amor de Cristo y de su nueva identidad; nosotros también debemos
vivir siendo conscientes de que somos libres por medio de la fe en Jesús y por
la obra del Espíritu Santo, pues donde está el Espíritu del Señor, allí hay
libertad (2 Corintios 3:17). Oración.
«Padre,
gracias por recordarme que por la fe en tu Hijo Jesús soy libre y que conforme
a esa libertad que Cristo me ha dado debo andar. Ayúdame, Espíritu Santo de
Dios, a tener presente esta verdad en mi mente y corazón cada vez que el
enemigo me quiera impulsar a sumergir áreas de mi vida en sepulcros. Te lo pido
en el nombre de Jesús, amén. Difundiendo
el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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