YO SOY
“Y respondió
Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO
SOY me envió a vosotros” Éxodo 3:14
“Le
respondieron: A Jesús nazareno. Jesús les dijo: Yo soy. Y estaba también con
ellos Judas, el que le entregaba. Cuando les dijo: Yo soy, retrocedieron, y
cayeron a tierra.” Juan 18:5-6
Cuando Dios
se revela a Moisés para enviarlo a su pueblo, se revela como “YO SOY EL QUE
SOY”, es decir, el Dios eterno, el que siempre ha existido y existirá, el que
fue, es y será.
Cuando los
soldados van a buscarlo acompañados de Judas, Jesús se les revela como el mismo
Dios del antiguo testamento que se presentó a Moisés, por eso cuando dice “Yo
soy” ellos retroceden y caen a tierra ante el poder del Dios todopoderoso; por
esto declaró Jesús “Yo y el Padre uno somos” y demuestra con esto que nadie le
quita la vida, sino que Él la ofreció por nosotros, “Nadie me la quita, sino
que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla
a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre” (Juan 10:30, Juan 10:18).
Y ahora, a
todos los que creemos en su nombre, Jesús se revela, se manifiesta en nosotros
por el Espíritu Santo morando en cada corazón, ¡Qué grande es nuestro Dios y
qué revelación tan inmensa, inimaginable pero tan real! que el mismo Dios
todopoderoso, el Dios todo suficiente, ahora habite en nosotros, ¡qué
inmensidad de su gracia!
Sin embargo,
muchos rechazan esta revelación y persiguen a Cristo, solo lo ven como un
profeta o un hombre bueno y Él lo dijo de manera radical “El que no es conmigo,
contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama” (Mateo 12:30).
¿Eres de los
que iría con los soldados y caería en tierra, pero no aceptaría al Dios que se
hizo hombre? o ¿eres el que lo niega y lo entrega? o eres el que cae de
rodillas y reconoce a Jesús como Dios, como tu Señor y como tu Salvador. Si te
rindes a Jesús, entonces Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo habitarán
dentro de ti. Oración.
«¡Quién como
tú oh Dios! mi Salvador Jesucristo; hoy te reconozco, me arrepiento de mis
pecados y te entrego mi vida, coloca tu Espíritu en mí y llévame al Padre,
quiero vivir en comunión y en plenitud de gozo, gracias por tu perdón, amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último
de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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