Comunión en
acción
“para que
todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean
uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste”. Juan 17:21
“Si decimos
que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos
la verdad; pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos
con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado”. 1 Juan
1:6-7
Para que el
mundo crea en Jesús, nosotros los creyentes debemos mostrar comunión unos con
otros.
La comunión
se define como la participación mutua y viva en la verdad del evangelio que nos
fue anunciado; cuando creímos en el mensaje anunciado pasamos a tener una
relación personal con Dios, es decir, cuando nos anunciaron el evangelio de
salvación por medio de la fe en Cristo y creímos, fuimos colocados
espiritualmente como miembros de su cuerpo y unidos por el Espíritu Santo que
nos fue dado (1 Corintios 12:12-13). Este hecho lo reafirma la escritura cuando
dice que: “lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también
vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es
con el Padre, y con su Hijo Jesucristo” (1 Juan 1:3).
Entonces,
por la fe tenemos comunión con Dios y con los creyentes, una comunión
espiritual, que se ve impactada directamente en nuestra relación con otros
miembros del cuerpo de Cristo.
Estamos llamados,
por lo tanto, a manifestar nuestra comunión con Dios amándonos unos a otros e
imitar a las primeras comunidades cristianas que nos dieron buen ejemplo de
comunión, como lo cuenta Hechos en el capítulo cuarto: “Y la multitud de los
que habían creído era de un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo propio
nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común”. (Hechos 4:32)
No solo era
una preocupación por temas espirituales que deben ser prioridad, sino en temas
de la vida diaria pues la comunión también consiste en tener cuidado,
preocuparse los unos por los otros e inicia con cosas sencillas como una
llamada. Para colocar en práctica la comunión con nuestros hermanos en la fe,
reflexionemos: ¿Cuándo fue la última vez que llamamos a un hermano para saber
cómo estaba o cómo se sentía? Oración.
«Padre, me
colocaste en la iglesia como miembro del cuerpo de Cristo para tener comunión
con mis hermanos en la fe, ayúdame por tu Espíritu a colocar en acción el amor
hacia ellos y guíame a ser sensible a sus necesidades espirituales, emocionales
y materiales. En el nombre de Jesús. Amén.
Am Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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