Cristianos llenos del Espíritu Santo. Parte1
“Y Esteban,
lleno de gracia y de poder, hacía grandes prodigios y señales entre el pueblo.
Entonces se levantaron unos de la sinagoga llamada de los libertos, y de los de
Cirene, de Alejandría, de Cilicia y de Asia, disputando con Esteban. Pero no
podían resistir a la sabiduría y al Espíritu con que hablaba”. Hechos 6:8-10
Esteban era
lleno de gracia y poder del Espíritu Santo para dar testimonio de Cristo y su
Palabra, un testimonio que daba no por sus propios méritos o capacidades sino
porque había aceptado a Cristo en su corazón pues como dice la escritura: “Pues
la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por
medio de Jesucristo.” (Juan 1:17).
Es decir, lo
mismo que Esteban recibió, recibimos nosotros en el momento que creímos y
recibimos a Cristo, (Juan 1:12-13) el problema es si usamos o no todo el favor
que ahora tenemos a disposición. Debemos cruzar el umbral de la inercia y saber
que podemos dar ese mismo testimonio con poder, pues el Espíritu Santo que está
con nosotros, actuará en el momento que demos el primer paso para confesar a
Cristo, “Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más
abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en
nosotros” (Efesios 3:20), es de Él el poder y la gloria, de nosotros confiar y
actuar conforme a su llamado.
No pensemos
más que se requiere ser especial o algún don venido de lo alto para dar
testimonio con poder de Cristo, ya tenemos el don de la salvación y a su
Espíritu ¿qué más queremos? “El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que
lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las
cosas?” (Romanos 8:32), así que levantémonos de la silla de la comodidad y el
temor, y vayamos a contar las maravillas que Cristo hace en nosotros todos los
días, si encontramos oposición debemos saber que no podrán resistir la
sabiduría y la mansedumbre que nos da el Espíritu, pues igual que estuvo con
Esteban así está con nosotros el Cristo vivo.
Oración.
«Padre,
ahora sé que, si Cristo está conmigo, el mal no me podrá vencer, por eso no
debo sentir temor, ni quedarme sentado, sino, ir a dar testimonio del amor de
Cristo. También, el Espíritu Santo actuará en mi vida con poder, me ayudará a
hablar con denuedo de todas las maravillas de tu Palabra, de la libertad
gloriosa que tenemos como hijos de Dios, de la paz que hay en mi corazón y del
amor que tienes para dar a quienes creen en ti. En el nombre de Jesús. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario