En secreto con Dios
“Pero si
ellos hubieran estado en mi secreto, habrían hecho oír mis palabras a mi
pueblo, y lo habrían hecho volver de su mal camino, y de la maldad de sus
obras.” Jeremías 23:22.
La oración
es el momento más íntimo y especial de nuestra relación con Dios, por lo tanto,
no debe ser algo rutinario y vacío. Íntimo, porque Él nos conoce, nos examina
en lo más profundo y nos permea de su fragancia de paz, amor y plenitud.
Al Dios que
todo lo sabe, pero que es nuestro Padre amoroso, podemos confiarle y contarle
todas nuestras cosas, y aunque Él es omnisciente, espera que nosotros
depositemos toda nuestra ansiedad en sus manos (1 Pedro 5:7).
Por esto, el
Señor Jesús nos enseña a orar en un sitio donde no haya distracciones, pues es
un encuentro personal y espiritual (Mateo 6:6); Él mismo tenía estos encuentros
en secreto con su Padre, quien ahora, gracias a la fe en su obra, es nuestro
Padre también. Entonces, estamos llamados a aprender de nuestro Señor, quien no
tardaba diariamente en buscar estar a solas tanto en la noche, como dice Mateo
14:23 “Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la
noche, estaba allí solo.” y muy temprano en la mañana, como dice Marcos 1:35
“Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar
desierto, y allí oraba.”
Debemos
seguir esta enseñanza del Señor, de esto depende nuestra recompensa diaria,
pues en el secreto nos llenamos de disposición y sensibilidad para andar
guiados por su Espíritu y no por la carne; la cual puede conducirnos a pensar,
hablar y actuar en contradicción con la palabra de Dios, mientras que el
Espíritu va a llevarnos a experimentar el amor de Dios y nos da poder para ejecutar
su voluntad durante el día, para al fin tener la victoria y ser prosperados en
todo lo que hagamos.
Si es algo
diario que nos empodera espiritualmente, no debemos descuidar este encuentro,
debe ser lo más anhelado y esperado. Este devocional es una herramienta para
tener esos encuentros secretos con Dios, si lo haces con fe, prestando toda
atención y con toda disposición del corazón. Así que, ¡animémonos a seguir día
a día alimentando esta intimidad con nuestro Padre! Oración.
«Padre, es
en tu presencia que encuentro plenitud de gozo, me llenas de tu Espíritu y me
preparo para enfrentar el día con la mejor disposición; ayúdame a ser sensible
y estar atento durante el resto del día para seguir los principios que me das
en tu palabra. En el nombre de Jesús, amén.
Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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