Malas
noticias
“No tendrá
temor de malas noticias; su corazón está firme, confiado en Jehová.” Salmos
112:7
A diario
escuchamos y vemos en la televisión o en los medios digitales malas noticias,
guerra, rumores de guerras, enfermedades, violencia, entre otras.
El problema
no es solo escuchar malas noticias, sino que estas nos pueden llenar de
angustia y de incertidumbre ante el futuro. Muchos pierden la paz y caen en
crisis al recibir estas noticias; otros simplemente se vuelven insensibles y se
acostumbran a recibir esta información, optan por ser indiferentes. Sin
embargo, ¿cuál debe ser la actitud de un creyente ante el panorama mundial
actual o cuando recibe malas noticias?
El creyente
debe tener dos actitudes que construyen; la primera, es que debe ser sensible
ante el dolor de la humanidad sin dejarse afectar, disponiéndose a orar por los
que sufren violencia, como nos indica el salmo “El deseo de los humildes
oíste, oh Jehová; Tú dispones su corazón, y haces atento tu oído, Para juzgar
al huérfano y al oprimido, A fin de que no vuelva más a hacer violencia el
hombre de la tierra” (Salmos 10:17-18). En esto practicamos el amor, ya que
este “no se goza de la injusticia, más se goza de la verdad” (1 Corintios
13:6).
La segunda
actitud del creyente es estar confiado en Dios, porque ya ha recibido la mejor
noticia que puede recibir y esta noticia se trata de Jesús “Y nosotros también
os anunciamos el evangelio de aquella promesa hecha a nuestros padres, la cual
Dios ha cumplido a los hijos de ellos, a nosotros, resucitando a Jesús; como
está escrito también en el salmo segundo: Mi hijo eres tú, yo te he engendrado
hoy” (Hechos 13:32-33). ¡Dios resucitó a Jesús! y por medio de la fe en su
muerte y resurrección Cristo nos salvó del pecado y nos dio vida eterna,
tenemos un propósito, una esperanza cierta y una paz verdadera.
Pero también
tenemos una misión y es compartir esta buena noticia con otros, pues Cristo
resucitó de los muertos y esto lo cambia todo, porque esta noticia se trata del
amor de Dios que hoy mismo podemos recibir, disfrutar en nuestro corazón y
compartirlo con otros. Ante las malas noticias del mundo, anunciemos con más
fervor la mejor noticia de todos los tiempos ¡Cristo en nosotros, la esperanza
de gloria! (Colosenses 1:27). Oración.
«Padre, no
tengo temor en recibir malas noticias, pues estoy confiado y me mantengo a
diario en la buena noticia de salvación, por medio de la fe en Cristo, que me
has dado. La buena noticia de tu amor en mí, me sustenta y me da fuerza para
seguir viviendo; y ahora, para anunciar a otros tu misericordia y tu favor en
Cristo Jesús, amén. Difundiendo el
mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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