viernes, 4 de marzo de 2022

El encuentro de dos reyes. Parte 4

 

El encuentro de dos reyes. Parte 4

“Y consoló David a Betsabé su mujer, y llegándose a


ella durmió con ella; y ella le dio a luz un hijo, y llamó su nombre Salomón, al cual amó Jehová”. 2 Samuel 12:24

«Entonces enseñaré a los transgresores tus caminos, y los pecadores se convertirán a ti». Salmos 51:13 “Al cual amó Jehová”. El Señor amó al niño que David concibió con Betsabé, y esto significa restauración, restitución, bendición para nuestra vida, una frase tan corta pero tan significativa que debe confrontar nuestro corazón.

Con lo anterior, Dios nos revela a nuestro corazón el más grande, intenso y pasional TE AMO, pues si nos arrepentimos, nuestro pecado es limpiado y somos restaurados, así como Dios no permitió que David quedara esclavo del pecado, Dios nos perdona y restaura por su gran amor, bendiciendo y amando a nuestra descendencia.

Observamos que el encuentro de dos reyes, se trata de un rey humano pecador, débil, que se aparta de Dios y necesita ser confrontado, pero cuando va al arrepentimiento, es limpiado con la sangre del Rey de reyes y recupera entonces el gozo de su salvación, el gozo que solo puede dar el Rey Jesucristo (Salmos 51:12).

 

Pero también se trata de nosotros, pues cuando recibimos a Cristo, Él nos ha hecho reyes y sacerdotes para Dios, como declara la escritura “y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre, y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén”. (Apocalipsis 1:5-6)

Si David no se encuentra con el Rey de reyes, el plan y propósito de Dios se hubiera truncado por el pecado. Nosotros necesitamos un encuentro diario con nuestro Rey Jesucristo.

Entonces, si estás en medio de la prueba o si te has apartado de Dios, no rechaces a Dios y a su Palabra, sino que persiste en la intimidad para tener un encuentro con el Rey y pide que te limpie con su sangre preciosa, pero recibe ese perdón, no te quedes en el lamento, levántate luego de orar y tomando el ejemplo de David, adora a Dios, agradece por su gracia, y levántate a anunciar a otros lo que Dios hizo por ti, en honor a Cristo y a lo que te dio en la cruz, sírvele al Rey y entonces enseñarás a los transgresores los caminos de Dios y ellos que convertirán a Él.  Oración «Padre amado, perdona toda mi maldad, que, desde ahora en adelante, en el poder de tu Espíritu, pueda vivir en tu voluntad, haciendo lo que te agrada y viviendo para contar a otros el encuentro personal que he tenido con Cristo, para que se conviertan a ti. En el nombre de Jesús. Amén.    Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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