lunes, 21 de marzo de 2022

Reconfortados

 


Reconfortados

“Por lo cual, animaos unos a otros, y edificaos unos a otros, así como lo hacéis.” 1 Tesalonicenses 5:11

“esto es, para ser mutuamente confortados por la fe que nos es común a vosotros y a mí.” Romanos 1:12

Necesitamos confortarnos de nuevo, una y otra vez, cuando caemos, cuando fallamos. No ser criticados y desanimados, sino, levantados cuando fallamos. Porque aún vivimos en nuestro cuerpo, y muchas veces nos olvidamos de todo el amor y las bendiciones de Dios. Incluso, por prevención, como nos enseña la escritura “antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado”, (Hebreos 3:13) porque podemos ser engañados por el enemigo, por el mundo, por nuestros propios deseos; y un hermano de la iglesia nos puede edificar, para prevenir que nuestro corazón se endurezca.

Entonces la iglesia es esencial en nuestra salud espiritual, pues allí somos mutuamente edificados, confortados y animados, para que nuestra fe no decaiga.

Esto lo podemos entender, si nos imaginamos un grupo de guerreros de la antigüedad en batalla, si son atacados por el enemigo y uno de ellos, lo alcanza una flecha y lo hiere, los demás lo protegen con sus escudos y lo cubren hasta ponerlo a salvo. Así nosotros, en un momento de debilidad, cuando no hemos usado nuestro escudo de la fe y el maligno nos ha herido con un dardo encendido de mentira, necesitamos ser animados y restaurados por otros hermanos, siguiendo este consejo de la Palabra de Dios: “Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado” (Gálatas 6:1).   Oración.

«Padre, te pido en el nombre de Jesús, que me llenes de paciencia y de sabiduría para que, si mi hermano ha caído en alguna falta, pueda yo ser instrumento para reconfortarlo y animarlo, para que sea restaurado por tu Espíritu obrando en mí. Gracias Señor. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito. 

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