El encuentro
de dos reyes. Parte 3
“He aquí, tú
amas la verdad en lo íntimo, y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría.
Purifícame con hisopo, y seré limpio; lávame, y seré más blanco que la nieve”.
Salmos 51:6-7
A David, le
es entregado el reino de Israel y Judá, no por su propio esfuerzo, sino por
voluntad del Altísimo que lo preparó desde niño, cuando lo libró de fieras y
leones cuando cuidaba las ovejas, le dio la victoria ante Goliat, pero también
utilizó el sufrimiento de David en la persecución, el exilio, la soledad que
experimentó para prepararlo como rey y lo bendice llevándolo a triunfar en las
batallas, a conquistar a Sion (2 Samuel 5:6-8) y hace un pacto eterno con Él (2
Samuel 7:12-16.)
Sin embargo,
sucedió algo que no es de buen testimonio en la vida de David, luego de estar
en lo más alto de su reinado, se queda en Jerusalén, en el tiempo cuando tenía
que salir a batalla con su ejército (2 Samuel 11:1), ve desde el terrado a una
mujer que se estaba bañando, muy hermosa, Betsabé esposa de Urias, con sus mensajeros
la hace traer a él y se acuesta con ella. Betsabé queda embarazada, David
intenta tapar su pecado, llamando a Urias para que se acueste con su esposa, no
logrando su cometido por la integridad de su siervo, da órdenes explícitas de
matarlo en medio de la batalla. (2 Samuel 11:15).
Pasado el
luto de Betsabé, David la trajo a su casa; la hizo su mujer, y ella dio a luz
un hijo. “Mas esto que David había hecho, fue desagradable ante los ojos de
Jehová.” (2 Samuel 11:27). Pero Dios en su gran amor toma la iniciativa, pues
David es confrontado, por medio del profeta Natán, quien le cuenta una historia
de un hombre rico e injusto que teniendo ovejas en cantidad, arrebata la única
oveja de un hombre pobre. Ante lo cual David mismo emite de su boca, sin saber
que se trataba de él: “Vive Jehová, que el que tal hizo es digno de muerte” (2
Samuel 12:5b).
“¿Por qué,
pues, tuviste en poco la palabra de Jehová, haciendo lo malo delante de sus
ojos?” (2 Samuel 12:9), además el profeta le anuncia que: “no se apartará jamás
de tu casa la espada, por cuanto me menospreciaste, y tomaste la mujer de Urías
heteo para que fuese tu mujer. “ (2 Samuel 12:10) ¡Que duró este momento! Vemos
también que el pecado tiene consecuencias terribles, por esto el niño que tuvo
con Betsabé enfermó gravemente y aunque David se humilló y suplicó, el niño
murió.
Pero cuando
David se arrepiente y es remitido su pecado (2 Samuel 12:13-14) vemos un
encuentro íntimo y personal con Dios, pues en la profundidad de este
arrepentimiento que encontramos extendido en el Salmo 51:1-7, David reconoce su
maldad y acude a la justicia de Dios para que su pecado sea borrado,
“purifícame con hisopo” es una declaración profunda que no debemos dejar pasar
por alto, pues este hisopo hace referencia al instrumento con el que untaban la
sangre de un cordero en los dinteles de la puertas para que el ángel de la
muerte no se llevará la vida de los primogénitos en la noche de pascua, un dia
antes de que Israel fuera liberado de la esclavitud de Egipto. Una alusión
temprana del cordero de Dios que quita el pecado del mundo. (Éxodo 12:23).
Y luego de
este hecho, de todo el dolor que causó este pecado, Dios restaura a David. “Y
consoló David a Betsabé su mujer, y llegándose a ella durmió con ella; y ella
le dio a luz un hijo, y llamó su nombre Salomón, al cual amó Jehová” (2 Samuel
12:24).
Esto es
gracia, pues Dios perdona su maldad, lo restaura y sin merecerlo le cumple la
promesa que le había dado previamente a David, le da a Salomón y a través de
éste vendría la descendencia de la cual nacería el Rey de reyes y Señor de
señores, Jesucristo, el Rey que era también Rey de David.
Veremos la
conclusión de este encuentro en el devocional de mañana. ¡No te lo pierdas! «Señor límpiame de mi pecado, por medio
de la preciosa sangre de Jesús, quiero desde ahora servirte y anunciar a otros
tu misericordia, contar cómo me has restaurado con tu gran amor. En el nombre
de Jesús. Amén. Difundiendo el mensaje
de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito
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