De la prueba a la abundancia
“Él es quien
preservó la vida a nuestra alma, y no permitió que nuestros pies resbalasen.
Porque tú nos probaste, oh Dios; nos ensayaste como se afina la plata. Nos
metiste en la red; pusiste sobre nuestros lomos pesada carga. Hiciste cabalgar
hombres sobre nuestra cabeza; pasamos por el fuego y por el agua, y nos sacaste
a abundancia.” Salmos 66:9-12
Podremos
estar muchas veces en dificultades, en enfermedad, en problemas económicos,
pero justo allí debemos confiar en el que guarda nuestra alma y no permite que
nuestros pies resbalen.
Es evidente
que escuchar acerca de “ser pasado por la prueba” no es motivo de gozo, como
declara la escritura “Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser
causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a
los que en ella han sido ejercitados” (Hebreos 12:11), pero es inevitable pasar
por dificultades; así que, lo que nos enseña la escritura es a tener la certeza
que después de la dificultad, estando firmes en Cristo y en su Palabra, seremos
bendecidos.
Cuando Dios
nos promete que luego de la disciplina se obtiene un fruto apacible de justicia
a los que en ella han sido ejercitados, se refiere a restauración; significa
que cuando pasemos por el fuego, Él estará con nosotros, sosteniéndonos, y al
final podremos confiar en que seremos restaurados, porque el Señor sabe que sin
restauración la disciplina no tiene sentido. Y al final de este proceso nuestro
carácter es perfeccionado, porque nos identificaremos plenamente con Cristo,
pues Él pasó por la dificultad más terrible por la que haya pasado alguien,
pero menospreció la deshonra y la vergüenza pública de morir en una cruz, al
mantener su mirada en la meta, nuestra salvación (hebreos 12:2).
Nuestro Dios
es un Padre amoroso que a quien toma por hijo lo corrige para a la postre
hacerle bien (Deuteronomio 8:16); si bendecirnos es su plan, entonces no
tomemos la disciplina de Dios con tristeza o queja, sino que aprendamos a
esperar en Él, porque sabemos, conforme esta promesa de hoy, que luego de que
pasemos por el fuego y por el agua seremos sacados para abundancia. Oración.
«Señor,
estoy necesitado de ti; en medio de la dificultad, te pido mi Dios que
fortalezcas mi vida, lléname de tu Espíritu para que, luego de pasar esta
prueba, pueda poner en práctica la santidad, paz y justicia que tú me diste en
la cruz. En el nombre de Jesús, amén. Difundiendo
el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito
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