¿Jesús te
conoce?
“Le dijo
Natanael: ¿De dónde me conoces? Respondió Jesús y le dijo: Antes que Felipe te
llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi.” Juan 1:48.
“No todo el
que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace
la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día:
Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera
demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé:
Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.” Mateo 7:21-23.
La palabra
“conocer” en la Biblia significa o alude a una relación íntima, personal y
sincera con el Señor. Cuando Cristo se refiere a los que conoce, está hablando
de aquellos que tienen una relación íntima con Él; es decir, cuando Jesús habla
de que nos conoce, se está refiriendo a los que lo hemos recibido como Señor y
Salvador, a quienes hemos recibido su palabra y hemos creído para vida eterna.
Dios lo sabe todo y conoce a todo ser, pero llama de forma especial a quien ha
creído en Cristo.
Esto se
evidencia en el hecho de que llama “Nunca os conocí” a quienes no hacen la
voluntad del Padre, y ¿cuál es esta?: “Y esta es la voluntad del que me ha
enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo
le resucitaré en el día postrero.” (Juan 6:40).
Lastimosamente
muchos no quieren ser conocidos por Dios, porque no quieren escuchar o atender
su llamado o creen que lo conocen porque un intermediario humano le ha
presentado su propia versión de Dios, pero no conocen ni son conocidos por el
Dios de la Biblia (Gálatas 4:9).
Cristo nos
vio desde antes que naciéramos, en el vientre mismo de nuestra madre; y a
través del evangelio quiere que tengamos una relación especial con Él, la cual
inicia cuando nos arrepentimos y creemos en su nombre, el nombre que es sobre
todo nombre y ante el cual toda rodilla se doblará; esto se refiere a rendirse
ante el Dios soberano, a dejar todo orgullo y altivez e ir juntamente con
Cristo a la cruz, por medio de la fe, para morir al pecado, pero también
resucitar juntamente con Él para vida eterna. Entonces, ¿Jesús te conoce?
(Romanos 6:8-11). Oración.
«Padre, hoy
quiero hacer tu voluntad recibiendo a Cristo como mi Señor y Salvador, envía tu
Espíritu a morar en mí; desde ahora quiero agradarte dejando de practicar el
pecado y viviendo para agradarte a ti, conociendo tu palabra y colocándola en
acción por medio del amor que me diste en la cruz. En el nombre de Jesús, amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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