El reino de los cielos nos espera
“En la casa
de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy,
pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar,
vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros
también estéis” Juan 14:2-3.
Vi un cielo
nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y
el mar ya no existía más. Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén,
descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su
marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios
con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo
estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos;
y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las
primeras cosas pasaron” Apocalipsis 21:1-4.
Pensemos en
estas palabras de Jesús, que nos dan tanta seguridad frente al futuro que nos
espera; y es que no somos de este mundo, aunque temporalmente estemos aquí, y
quizá sentimos muchas veces que no encajamos en él. El hecho de ser creyentes
hará que muchos nos rechacen, pero tenemos un lugar eterno en los planes de
Dios, donde habrá un espacio para cada uno y lo mejor de todo es que Jesús
estará allí con nosotros.
Por su
gracia pertenecemos a ese lugar, el reino de los cielos que nos fue dado como
respuesta a nuestra fe en Jesús, en el que encajamos perfectamente por la
sangre preciosa derramada en la cruz, que nos hizo justos y santos para Dios, y
por la que nuestros nombres están escritos en el libro de la vida, para vivir
allí por siempre.
Esta nueva
Jerusalén, es la iglesia de Dios, en el nuevo estado perfecto, la iglesia
triunfante. La presencia de Dios no será interrumpida como en la tierra, porque
Él habitará con nosotros eternamente y lo mejor, es que habrán terminado la
muerte, el dolor, la aflicción, el llanto y no tendremos más recuerdo de lo que
padecimos en nuestra vida terrenal, porque Cristo hará nuevas todas las cosas.
Recordemos 2
Corintios 5:17 que dice “De modo que, si alguno está en Cristo, nueva criatura
es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”; se refiere a la
acción divina en la nueva creación, que fue comenzada en la resurrección de
Cristo y es experimentada por todos los creyentes en el presente. Esta tierra
que conocemos no permanecerá para siempre; luego del juicio divino, Él creará
una tierra nueva y eterna, tal como lo prometió en Isaías 65:17 “Porque he aquí
que yo crearé nuevos cielos y nueva tierra; y de lo primero no habrá memoria,
ni más vendrá al pensamiento” Oración.
«Mi Jesús
amado, gracias por esta promesa de un futuro contigo, mi corazón está guardado
con toda confianza en ti. Y aunque a veces las dificultades de esta vida me
abrumen, mi consuelo está en tu palabra que me anima a seguir adelante. Me
hablas de la dicha del cielo que has preparado para mí, como volver a la casa
de mi Padre, donde disfrutaré de tu amor y de tu gloria eterna. En el nombre de
Jesús, Amén. Difundiendo el mensaje de
Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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