Abre tu mano
al hermano y al menesteroso. Parte 2
“Porque no
faltarán menesterosos en medio de la tierra; por eso yo te mando, diciendo:
Abrirás tu mano a tu hermano, al pobre y al menesteroso en tu tierra”.
Deuteronomio 15:11
«No debáis a
nadie nada, sino el amaro unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido
la ley”. Romanos 13:8
“No te
niegues a hacer el bien a quien es debido, cuando tuvieres poder para hacerlo.
No digas a tu prójimo: Anda, y vuelve, y mañana te daré, cuando tienes contigo
qué darle”. Proverbios 3:27-28
El amor de
Cristo siempre será infinitamente superior al nuestro, pero Jesús no deja
brechas en la ley del amor. Cuando el amor lo demande, debemos estar dispuestos
a ir aún más allá de los requisitos legales e imitar al Dios de amor. La única
deuda que tenemos con Jesús por todo lo que hizo por nosotros es el amor a
otras personas.
Dios nos
llama a la obediencia a su Palabra. Nos enseña desde el principio a cuidar de
nuestros hermanos, por eso ese mandato al pueblo de Israel también se aplica a
nosotros. Son verdades eternas y fundamentales para manifestar el amor de Dios
en esta tierra. Esto es lo que los creyentes en Cristo deberíamos estar
haciendo hoy en día. En la iglesia primitiva había mucha solidaridad entre los
creyentes; pero en realidad, los creyentes actuales, en términos generales, no
han mantenido esa actitud solidaria.
Era
sorprendente la generosidad de la iglesia del primer siglo, veamos Hechos
4:34-35: “Así que no había entre ellos ningún necesitado; porque todos los que
poseían heredades o casas, las vendían, y traían el precio de lo vendido, y lo
ponían a los pies de los apóstoles; y se repartía a cada uno según su
necesidad”.
El Señor fue
muy claro con los israelitas para que no fueran mezquinos de corazón, por eso
les dijo en Deuteronomio 15:9 «Guárdate de tener en tu corazón pensamiento
perverso, diciendo: Cerca está el año séptimo, el de la remisión, y mires con
malos ojos a tu hermano menesteroso para no darle; porque él podrá clamar
contra ti a Jehová, y se te contará por pecado”.
Es lo mismo
que nos dice la porción de Proverbios 3:27-28 del día de hoy, que no nos
hagamos los desentendidos cuando tenemos la oportunidad de dar a los demás, lo
que tengamos a nuestro alcance. Dios mira nuestro corazón y siempre habrá
necesitados a nuestro alrededor. Jesús lo dijo en Mateo 26:11 «Porque siempre
tendréis pobres con vosotros, pero a mí no siempre me tendréis». Es nuestra
oportunidad, entonces, de tener un corazón generoso, entendiendo que más
bienaventurado es dar que recibir. Oración.
«Amado Dios,
recibo con agradecimiento esta palabra de exhortación, porque quiero que mi
corazón sea transformado, no quiero ser mezquino con los bienes que me das,
porque me has bendecido con todo lo que tengo, quiero ser generoso y poder
ayudar al que se encuentre en necesidad. Anhelo también compartir de ti, para
suplir los vacíos emocionales y espirituales de los que me rodean. Quiero
imitarte mi Dios de amor. Amén. Difundiendo
el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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