Pídeme lo
que quieras que yo te de
“Y aquella
noche apareció Dios a Salomón y le dijo: Pídeme lo que quieras que yo te dé. Y
Salomón dijo a Dios: Tú has tenido con David mi padre gran misericordia, y a mí
me has puesto por rey en lugar suyo. Confirmese pues, ahora, oh Jehová Dios, tu
palabra dada a David mi padre; porque tú me has puesto por rey sobre un pueblo
numeroso como el polvo de la tierra. Dame ahora sabiduría y ciencia, para
presentarme delante de este pueblo; porque ¿quién podrá gobernar a este tu pueblo
tan grande?” 2 Crónicas 1:7-10
“Y dijo Dios
a Salomón: Por cuanto hubo esto en tu corazón, y no pediste riquezas, bienes o
gloria, ni la vida de los que te quieren mal, ni pediste muchos días, sino que
has pedido para ti sabiduría y ciencia para gobernar a mi pueblo, sobre el cual
te he puesto por rey, sabiduría y ciencia te son dadas; y también te daré
riquezas, bienes y gloria, como nunca tuvieron los reyes que han sido antes de
ti, ni tendrán los que vengan después de ti”. 2 Crónicas 1:11-12
Si el Señor
se nos apareciese una noche como a Salomón y nos hiciera esta pregunta ¿Qué
pediríamos? ¿Nos hemos puesto a pensar en eso? Quizás pediríamos dinero, salud,
un esposo o esposa, éxito, poder, o bienestar para vivir tranquilamente. Como
seres humanos sería lo más lógico que fueran estas cosas las que vinieran a
nuestra mente.
Ante esta
pregunta Salomón pidió sabiduría para gobernar a Israel. Su desinteresado
pedido agradó tanto a Dios que Él le prometió mucho más de lo que había pedido.
Le dio riquezas, honor y le dio un corazón sabio y entendido para gobernar a su
pueblo.
Quizás la
sabiduría es lo que deberíamos pedir siempre ya que la realidad demuestra que
no podemos vivir la vida cristiana por nosotros mismos y por eso Dios nunca nos
ha pedido que así sea. Nos ha pedido que permitamos que Él viva esa vida, en y
a través de nosotros. Recordemos que cuando oramos debemos estar seguros de que
entramos a la presencia del Padre, al Dios Todopoderoso y Creador de todo, por
eso debemos estar confiados que siempre está expectante y anhela que le
busquemos y que le pidamos. El Señor Jesús dijo en Mateo 7:7 “Pedid, y se os
dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá”.
Él sabe lo
que necesitamos, lo que deseamos, y lo que es bueno para nosotros, y nos lo
dará. Cuando el Señor nos dé la oportunidad de tener lo que más deseamos en el
mundo, no llenemos nuestra lista de oración de cosas banales y perecederas,
pensemos también en lo eterno, en hacer la voluntad de Dios, pidamos crecimiento
espiritual, conocimiento de Él y pidamos por la salvación de muchas almas.
No debemos
pedir que haga lo que nosotros podemos hacer. Él siempre hará por nosotros lo
que nosotros no podemos hacer, lo que se sale de nuestras manos. Allí es donde
se manifiesta su poder sobrenatural. Oración.
«Amado
Padre, si me hicieras la misma pregunta que le hiciste a Salomón, yo sólo
quiero pedirte que me des mucha sabiduría para vivir mi vida cristiana, que me
enseñes a hacer tu voluntad, te pido por mi familia, por los que no te conocen,
por sanidad y liberación de los que están enfermos y atados al pecado. Te pido
Señor que suplas todas mis necesidades para vivir en tranquilidad, dame lo
necesario para no quejarme y lo justo para no vanagloriarme y desviarme de tu
camino. En el nombre de Jesús. Amén. Difundiendo
el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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