Aprovecha las oportunidades de Dios
“Y él os dio
vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los
cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme
al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos
de desobediencia, entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro
tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de
los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.
Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun
estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por
gracia sois salvos)». Efesios 2:1-5
Hace algunos
años, estuve a punto de ahogarme, cayendo en el agua, en un remolino. Intenté
nadar hacia unos árboles, pero no logré llegar. El agua entraba en mis pulmones
y mi desesperación crecía. De pronto sentí un brazo fuerte alrededor de mi
cuello, mi primo se dio cuenta que me estaba ahogando y me sacó. Comprendí lo
cerca que estuve de morir, de hecho, recordé cómo me había dado por vencida al
sentir el agua entrar en mis pulmones. En ese instante pasó por mi mente, como
una película a toda velocidad, lo que había sido mi vida lejos de Dios. Si
hubiera muerto habría vivido una eternidad fuera de la presencia de Dios,
comprendí en ese momento cuan apartada estaba y decidí buscar a Dios y darle
gracias por esa segunda oportunidad.
Esta experiencia
debe recordarnos que no debemos desaprovechar ninguna oportunidad que Dios nos
da para conocerlo y volver en amistad con Él.
Como dice
Job 22:21-23 “Vuelve ahora en amistad con él, y tendrás paz; y por ello te
vendrá bien. Toma ahora la ley de su boca, y pon sus palabras en tu corazón. Si
te volvieres al Omnipotente, serás edificado; alejarás de tu tienda la
aflicción”. En esta porción, Elifaz presupone que Job se ha alejado de Dios y
le da este consejo: que se haga amigo de Dios, que se vuelva en confianza
íntima con Él, para que encuentre paz en medio de su aflicción y restauración
de su vida. Aunque sabemos que este no era el caso de Job, porque la Biblia nos
dice claramente que era un hombre temeroso del Señor, perfecto en su caminar
con Él; pensemos, cuánto nos sirve este consejo a nosotros, si hemos perdido el
rumbo y quizás hemos roto nuestra relación con Dios, para volver a ser
perdonados, edificados de nuevo y restaurados. El Señor siempre nos deja una
puerta abierta, para cambiar nuestra vida.
Quizás este
testimonio nos muestra también cómo era nuestro estado antes de creer en Jesús,
“estábamos muertos en nuestros delitos y pecados”, ahogados en nuestros
problemas, sin esperanzas. También describe una condición de muertos
espirituales, incapacitados para responder a Dios. Por eso la muerte espiritual
es un estado de rebeldía que nos separa de la única fuente de vida, Jesucristo.
Una vida
pecaminosa sigue las costumbres de este mundo y está bajo la influencia de
satanás. Que conduce a la desobediencia a Dios y arrastra a actividades
corruptas de la humanidad como: la maldad, el crimen, las guerras, la
corrupción moral, las enfermedades sociales, la destrucción, la desintegración
del hogar, etc.
Pero, es
Dios quien va al rescate de la humanidad con su brazo poderoso cuando dice
aquí: “Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos
amó”. Menciona dos características de Dios: su misericordia y amor, atributos
divinos con los cuales toma la iniciativa de perdonar, restaurar al pecador,
darle una nueva oportunidad como el poder que operó para levantar a Jesús de la
muerte y vivificarlo juntamente con Él.
Oración.
«Señor, qué
glorioso es ser amado con un amor tan compasivo y misericordioso, que a pesar
del estado anterior en que vivía y merecía sólo tu indignación, me diste otra
oportunidad y por eso te alabo. Gracias por rescatarme de mi vana manera de
vivir, por darme salvación y vida eterna. En Cristo Jesús. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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