Tu Palabra,
fuego que quema y martillo que golpea. Parte 2
“Por tanto,
he aquí que yo estoy contra los profetas, dice Jehová, que hurtan mis palabras
cada uno de su más cercano. Dice Jehová: He aquí que yo estoy contra los
profetas que endulzan sus lenguas y dicen: Él ha dicho. He aquí, dice Jehová,
yo estoy contra los que profetizan sueños mentirosos, y los cuentan, y hacen
errar a mi pueblo con sus mentiras y con sus lisonjas, y yo no los envié ni les
mandé; y ningún provecho hicieron a este pueblo, dice Jehová”. Jeremías 23:
30-32
La Palabra
de Dios es poderosa y debemos permitir que nos corrija, porque si no, al final,
será para nuestra propia condenación. No es un libro para tomarlo a la ligera,
porque es vida o muerte. La Palabra de Dios nunca se equivoca, estar expuestos
a ella debe llevarnos a ser transformados. Oírla y obedecerla nos hace sabios,
pero no escucharla y rechazarla nos hace insensatos.
Debemos
usarla con cuidado, porque ciertamente Dios está en contra de aquellos que
claman hablar de parte de Él y en realidad solo hablan por sus propias razones.
Dios está en contra de aquellos que promueven sueños y fenómenos espirituales
por encima de su Palabra. En estos tiempos debemos tener mucho cuidado porque
se levantarán falsos maestros y profetas para distorsionar la verdad de la
Palabra de Dios. La Palabra de Dios no es un mensaje suave, arrullador, ni
engañoso, es una espada de doble filo que penetra, quema y quebranta el corazón
endurecido.
También es
una fuerte advertencia a los líderes religiosos, a los reyes y políticos que
dirigen los pueblos y que en lugar de cuidarlos, los oprimen, los menoscaban
con su maldad, porque no hay dirección sabia, sino abuso de poder, mentiras,
corrupción, violencia y hacen que las personas se rebelen frente al miedo, la
inseguridad y la falta de paz.
«¡Ay de los
pastores que destruyen y dispersan las ovejas de mi rebaño!, dice el Señor. Por
tanto, esto ha dicho el Señor, Dios de Israel, a los pastores que apacientan mi
pueblo: Vosotros dispersasteis mis ovejas y las espantasteis. No las habéis
cuidado. Por eso, yo castigo la maldad de vuestras obras, dice el Señor”.
Jeremías 23:1-2
No olvidemos
que Dios tiene el control de todo y que Él levantará un renuevo justo y reinará
como Rey sobre todas las naciones, y actuará con justicia. «Vienen días, dice
el Señor, en que levantaré a David renuevo justo, y reinará como Rey, el cual
será dichoso y actuará conforme al derecho y la justicia en la tierra».
Jeremías 23:5.
Ese Rey de
la línea de descendencia de David, es Jesús, nuestro Redentor, nuestro Pastor
que establecerá su reino con paz y equidad. Ningún candidato de una plataforma
política declararía que es justo y que seguirá el plan y el programa de Dios
para el gobierno, solo Jesucristo, y será llamado Señor, justicia nuestra;
según Jeremías 23:6 “En sus días será salvo Judá, e Israel habitará confiado; y
este será su nombre con el cual le llamarán: Jehová, justicia nuestra”. Esta
profecía no es solo para Israel sino para su pueblo adquirido con la sangre
preciosa de Cristo.
Muchos
falsos profetas persistirán en profetizar que habrá paz. Hoy hay soñadores que
están hablando de cómo van a traer paz y bonanza al mundo, utilizando los
mismos argumentos del tiempo de Jeremías, muchos están arrojando dudas sobre la
Palabra de Dios, apartándola de los corazones de las personas, para que no
crean en lo que Dios ya ha dicho. Oración.
«Amado
Señor, hazme fiel a tu Palabra para decir únicamente la verdad que en ella está
escrita, pidiendo la guía de tu Santo Espíritu cada vez que enseñe o predique
tu mensaje, todo lo que has dicho se ha cumplido letra a letra hasta hoy.
Permite que todos los que gobiernan religiosa y políticamente se acerquen a ti,
para que las naciones sean bendecidas y entiendan que todos los tiempos están
en tus manos y eres el Rey de esta tierra. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario