Edificación mutua. parte 2
“Así que,
los que somos fuertes debemos soportar las flaquezas de los débiles, y no
agradarnos a nosotros mismos.” Romanos 15:1
“Así que,
sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación.” Romanos 14:19
No podemos
menospreciar a los hermanos más débiles, ni tampoco a los que han caído en
algún pecado, al contrario, debemos levantarlos con toda humildad, como nos
enseña la Palabra de Dios: “Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna
falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre,
considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado” (Gálatas 6:1).
Esto debe
ser así, porque nosotros mismos podemos caer en una situación donde necesitamos
que Dios, por medio de un hermano en la fe, nos levante, pero debemos estar
dispuestos a aceptar tal corrección, pues es para nuestra bendición, como dice
el Salmo “Que el justo me castigue, será un favor, y que me reprenda será un
excelente bálsamo que no me herirá la cabeza” (Salmo 141: 5a).
Y si
nosotros somos a quienes corresponde ayudar a levantar al caído, tenemos
instrucciones prácticas, como la que nos enseña el Señor Jesús: “Por tanto, si
tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere,
has ganado a tu hermano.” (Mateo 18:15).
Hermanos, no
busquemos agradarnos a nosotros mismos, sino contribuir a la mutua edificación,
pues todos los creyentes necesitamos ser reconfortados, animados, edificados en
amor, y ninguno está exento de pasar por dificultades, así que podemos colocar
en práctica lo que dice la escritura: “También os rogamos, hermanos, que
amonestéis a los ociosos, que alentéis a los de poco ánimo, que sostengáis a
los débiles, que seáis pacientes para con todos.” (1 Tesalonicenses 5:14) Oración.
«Padre, me
has colocado como piedra viva en Cristo, miembro de un cuerpo espiritual,
guíame con tu Espíritu y en amor, a ayudar en la mutua edificación y a
contribuir en el crecimiento de la iglesia, a poner en práctica el amarnos unos
a otros como Cristo nos amó. Amén. Difundiendo
el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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