Ánimo, ¡no te rindas!
“Considerad
a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que
vuestro ánimo no se canse hasta desmayar.” Hebreos 12:3
¿Cómo
soportar el dolor que causa que alguien a quien amas te traicione, te ofenda, o
te insulte? ¿Cómo soportar la soledad, el abandono o que te acusen de algo que
no hiciste?
Todas estas
cosas y muchas más, las soportó Jesús, por amor a nosotros, y fueron de parte
de personas que probablemente no merecían una respuesta amorosa. Jesús fue
abandonado por sus discípulos (Mateo 26:56), traicionado por uno de ellos
(Lucas 22:48), fue acusado de blasfemia (Mateo 26:64-65), le escupieron en el
rostro, le dieron puñetazos y fue abofeteado (Mateo 26:67), soportó latigazos y
una muerte horrible.
Pero Jesús
calló por amor, no abrió su boca para emitir una queja o un insulto, tampoco
para acusarlos (Isaías 53:7). Y este es nuestro punto de referencia y ejemplo,
así como Él respondió ante sus acusadores, así debemos nosotros hacer, con una
actitud de amor, verdad, misericordia y servicio.
Amor, porque
es lo que hemos recibido de Dios y debemos estar dispuestos a soportar, pues el
amor todo lo soporta (1 Corintios 13:7), con verdad porque debemos responder
con argumentos de verdad, conforme a la Palabra de Dios, corrigiendo con
mansedumbre a los que se oponen, para que tal vez Dios les conceda el
arrepentimiento (2 Timoteo 2:25); con misericordia, comprendiendo que muchos
están ciegos por el pecado y que en otro tiempo también nosotros estábamos
apartados y éramos enemigos de Dios por tener la mente ocupada en las malas
obras (Colosenses 1:21) y fuimos reconciliados por medio de Cristo; y servicio,
porque ni aún Cristo se agradó a sí mismo; antes bien, como nos explica la
escritura, las ofensas de los que insultaban a Dios cayeron sobre él (Romanos
15:3). A Dios servimos y esta es la razón principal para que nuestro ánimo no
se canse hasta desmayar.
Así que,
¡ánimo, nuestras fuerzas pueden fallar, pero Jesús no! Oración inicial
«Padre, mis
fuerzas flaquean, pero tú puedes darme nuevas fuerzas, renovar mi esperanza,
alentar mi fe con tu Espíritu y mostrarme el camino que debo seguir. Ayúdame a
imitar a Jesús para responder con amor ante la dificultades y agravios de los
demás. Amén. Difundiendo el mensaje de
Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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