Cansado del camino
“Vino, pues,
a una ciudad de Samaria llamada Sicar, junto a la heredad que Jacob dio a su
hijo José. Y estaba allí el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado del camino,
se sentó así junto al pozo. Era como la hora sexta”. Juan 4:5-6
“Pues en
cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son
tentados”. Hebreos 2:18
En este
pasaje Juan enfatiza la humanidad de Jesús. El Señor había caminado desde
Jerusalén hasta Samaria, este viaje seguramente les había tomado dos días y
medio de su tiempo a Él y a sus discípulos, considerando que era el medio día y
hacía mucho calor, era lógico que Jesús y su compañía estaban cansados, tenían
hambre y sed. Cuando llegaron a la bifurcación de la carretera Jesús se sentó a
descansar, los discípulos se adelantaron al pueblo a comprar provisiones.
Todo lo
humano y lo divino se unió ahí en ese lugar, para dar una manifestación
gloriosa de majestad, gracia, misericordia y paciencia, para llevar luz a un
pueblo pagano, que necesitaba esperanza. Jesús reposó y se sentó en una piedra,
nada de lo que hacía se salía de su propósito eterno.
Él solo
quería descansar y tomar un poco de agua, fue tan humano como nosotros siendo
Dios, por eso se identifica tanto con nuestras necesidades, Él también se
cansaba y necesitaba parar por un momento, como cuando tenemos que hacerlo
porque trabajamos jornadas largas, cuando enfrentamos pruebas y desafíos que
nos desaniman y nos hacen perder el entusiasmo, o cuando nos desalentamos
porque quisiéramos tener más tiempo para hacer muchas cosas y se nos acaban las
fuerzas.
Nos
agobiamos cuando nuestros cuerpos y nuestras mentes están agotados por el
trajín del día a día. Jesús entiende esto, sabe cuándo atravesamos dificultades
y lo que tenemos que hacer para superarlas, por eso dijo en Mateo 11: 28 “Venid
a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”. Y no
solo nos entiende porque experimentó nuestras fatigas, sino que está dispuesto
ayudarnos en medio de nuestra debilidad, miremos lo que dice la Palabra de Dios
en Isaías 40: 29-31 “El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que
no tiene ningunas. Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y
caen; pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas
como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán”.
También se
compadece de nosotros como dice hebreos 4:15 “Porque no tenemos un sumo
sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue
tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado”.
El Señor
Jesús entiende nuestras luchas porque Él las sufrió como ser humano, Él puede
ayudarnos a salir victoriosos de cualquier situación, acudamos a su presencia
para que nos provea de manera sobrenatural de nuevas fuerzas, descanse nuestro
cuerpo y alma; y nos dé ánimo a través de sus promesas para que sigamos
adelante, pidamos la llenura del Espíritu Santo, para que refresque y aliente
nuestro espíritu. Oración.
«Amado señor
Jesucristo, hoy vengo ante ti, humilde y sediento de tu presencia, necesito que
renueves mis fuerzas para seguir adelante y refresques mi espíritu con tu poder
sobrenatural, renueva mi gozo, mi esperanza y haz que halle descanso para mi
alma, en el nombre de Jesús, amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito
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