Encomienda
al Señor tus planes
“Encomienda
a Jehová tu camino, Y confía en él; y él hará.” Salmos 37:5
Hace unos
meses mi esposo y yo nos encontrábamos haciendo planes para realizar un viaje,
tuvimos que organizar todo con respecto a esto, en especial el vuelo. Escogimos
el itinerario que más se ajustaba a nuestra necesidad y quedamos contentos con
nuestra elección, sin embargo, semanas después, la aerolínea por inconvenientes
internos, decidió cambiar el horario de nuestro vuelo. Mi esposo al ver esta
notificación se disgustó, pues esos no eran sus planes, y su frustración estaba
en que no podía hacer nada al respecto. Cuando me enteré de esta noticia pensé:
“con tal de que no lo vuelvan a hacer y podamos llegar el día que planeamos yo
no tengo inconveniente”, pero ¿por qué te cuento esto? porque como seres
humanos, bajo nuestra perspectiva finita, planeamos, organizamos, decidimos,
pero lo hacemos (en ocasiones) basándonos tan solo en lo que alcanzamos a ver,
y olvidamos lo más importante, que en nuestros planes debe ser tenida en cuenta
la perspectiva de Dios, esa que es infinita, más alta y grande que la nuestra
(Isaías 55:8-9). La planeación es importante y necesaria, no me malinterpretes,
pero ésta no puede ir sola, sino que tiene que estar acompañada de Dios, porque
en nuestro corazón puede haber diversos planes, pero el consejo de Dios es el
único que permanecerá para siempre, no variará, y es en Él en quien debería
estar basado todo nuestro andar (Proverbios 19:21).
En nuestro
caso, el cambio que hizo la aerolínea obró a nuestro favor, y nos dimos cuenta
de esto solo meses después, y es que gracias a esto ahora teníamos la opción de
escoger otros horarios que antes no teníamos disponibles y que se ajustaban a
los nuevos planes familiares, que a último momento se habían organizado; planes
en los que no habríamos podido estar si no hubiese sucedido esto. Lo mismo le
pasó a Pablo, no con un cambio de la aerolínea, sino con uno que realizó el
Espíritu Santo, pues fue Él quien no le permitió ir a Bitinia sino que lo
encaminó hacia un propósito mayor, ir a Macedonia a llevar el mensaje de
salvación (Hechos 16:6-10).
Así que la
próxima vez que pensemos que nuestros planes se “truncaron” y nos cause enojo,
más bien renovemos nuestra manera de pensar y estemos atentos, a la expectativa
de lo que Dios tiene preparado pues “El corazón del hombre piensa su camino;
Mas Jehová endereza sus pasos.” Proverbios 16:9. Oración.
«Padre, cuán
importante es encomendarte todos mis planes, pues como dices en tu palabra, hay
caminos que me pueden parecer derechos, pero solo tú conoces hacia dónde me
conducen. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito
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