Un mismo
sentir
“El hombre
de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos.” Santiago 1:8
“Haya, pues,
en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en
forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino
que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los
hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose
obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.” Filipenses 2:5-8
Cuán
agotador es para el ser humano tratar de vivir de forma correcta, en sus
propias fuerzas o emociones; pues un día te levantas con el ánimo de querer
obedecer, pero en el momento en que viene la prueba decaen tus fuerzas y
experimentas el fracaso. Esto me lo recordaba en oración el Espíritu Santo, que
el hombre que es de doble ánimo termina siendo inconstante en TODO lo que hace;
entonces me pregunté: ¿cómo puedo ser de un solo sentir para ya no vivir en
esta dualidad? Y el Espíritu me llevaba a recordar a Cristo, específicamente en
lo que dice la Escritura en Filipenses 2:5 “Haya pues en vosotros este sentir
que hubo también en Cristo Jesús”; Jesús 100% Dios, pero también siendo 100%
hombre, nos revela la clave para ser de un mismo sentir: el despojo. El despojo
voluntario del “yo puedo, tengo la capacidad, la fuerza”, pues todos estos
pensamientos están enfocados en nosotros mismos (el ego), y es claro que la
vida cristiana resulta imposible de vivir en nuestra propia humanidad. Sin
embargo, con ese despojo no es suficiente, pues hay que añadirle dos cosas:
humildad y fe; pues la humildad es la que me lleva a reconocer que sin Cristo
no puedo vivir de manera correcta, y la fe es la que me enfoca y me revela que
sin ella es imposible agradar a Dios (Hebreos 11:6). Por eso el Santo Espíritu
de Dios, a través de la Biblia, ilumina nuestra mente y enseña cuán necesario y
vital es creer que: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo,
mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del
Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.” (Gálatas 2:20,
Juan 3:30).
Todo esto
nos conduce a la obediencia, pues cuando practicamos: el despojo, la humildad y
la fe, que en pocas palabras nos están llevando a quitar el ego del trono de
nuestra vida y a cambio poner a Cristo, comenzaremos a vivir como un cristiano
espiritual, aquel que experimenta el fruto del Espíritu Santo y tiene el mismo
sentir de Cristo (Gálatas 5:22-23). Oración.
«Padre estoy
agotado de vivir en mis propias fuerzas, no puedo seguir así; por eso hoy corro
a tus brazos y te pido que me ayudes a recordar que no hay más nada qué ganar,
que no hay nada más que tenga que hacer para agradarte más, pues ya todo lo
hizo tu Hijo Jesús. Sé que lo que quieres es que crea en esta verdad y, que,
mediante la fe, aprenda a vivir en este mundo como lo hizo tu Amado Jesús,
amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito
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