En memoria de mí. Parte 1
“Y tomó el
pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por
vosotros es dado; haced esto en memoria de mí.” Lucas 22:19
En memoria
de mí, ¡qué título tan peculiar! Como puedes observar, nace del versículo
principal de este devocional, y es que llamó tanto mi atención que lo primero
que me hizo meditar fue en el significado de la palabra memoria; ¿alguna vez
has tratado de definirla?, la RAE sí lo ha hecho y nos dice que: “la memoria es
la facultad psíquica por medio de la cual se retiene y recuerda el pasado”. Lo
interesante sobre la memoria es que el ser humano tiene diversos tipos, como
por ejemplo: memoria según la duración, por contenido o utilización, entre
otras. La primera de ellas (memoria según la duración) contiene la memoria
sensorial, que es la que se activa por medio de los 5 sentidos (vista, gusto,
oído, tacto y olfato); es por esto que el ser humano puede retener en su mente
situaciones específicas, personas, sucesos, entre otras, con tan solo percibir
aromas o al escuchar, ver, tocar y/o probar algo en particular; pero ¿por qué
es necesario saber esto?, porque dependiendo de tu experiencia con ciertos
aromas, lugares, personas, sonidos y demás, puedes atesorar en tu memoria
recuerdos positivos que te llenarán de alegría o, por el contrario, aquellos
que te sumergirán en la tristeza, rabia, dolor. He aquí la importancia de lo
que atesoramos en nuestra memoria.
Para
explicarlo mejor miraremos el ejemplo de Josué 6, que nos habla sobre la toma
de Jericó. Si conocemos el relato, podremos darnos cuenta que mientras para el
pueblo de Jericó el escuchar sonidos de trompetas les recordaría el miedo que
experimentaron al sentirse rodeados y derrotados por el pueblo judío, para los
Israelitas el mismo sonido traería a su memoria gozo, pues recordarían la
victoria que Dios les entregó en sus manos. Como vemos, mismos sucesos para dos
tipos de personas, pero diferentes tipos de recuerdos. ¿Logramos entender la
importancia de la memoria?
Debo
confesar que, en mi caso personal, me he visto como el pueblo de Jericó,
atemorizada por un recuerdo que viene a mi memoria, que aunque pudo haber
pasado hace más de 20 años, y al tenerlo guardado de manera incorrecta en mi
mente, produce emociones equivocadas que me llevan a vivir de la misma manera;
y esto es lo que tratará el Señor en cada uno de nosotros con los siguientes
devocionales, pues es momento de renovar nuestra manera de pensar. Oración.
«Señor tú
dices en tu palabra que me has dado la mente de Cristo y quieres que en ella
atesore solamente pensamientos verdaderos, buenos, puros, justos y rectos;
ayúdame Padre a mantener mi mente de esta manera. Te lo pido en el nombre de
Jesús, amén. Difundiendo el mensaje de
Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito
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