El desorden
“Aquel día
yo cumpliré contra Elí todas las cosas que he dicho sobre su casa, desde el
principio hasta el fin. Y le mostraré que yo juzgaré su casa para siempre, por
la iniquidad que él sabe; porque sus hijos han blasfemado a Dios, y él no los
ha estorbado. “1 Samuel 2:12,17
En el
devocional anterior hablamos sobre la importancia de mantener cada una de
nuestras áreas ordenadas: familiar, laboral, espiritual, entre otras; además,
mencionamos que quizá hemos pasado tiempo ordenando los materiales y dejando a
un lado las espirituales. Estas cosas no solo suceden en la actualidad, pues
vemos cómo hombres de Dios también experimentaron lo que significa vivir con
áreas en desorden, tal es el caso de Elí. La biblia nos menciona que su
ocupación era el sacerdocio y nos relata además su dedicación a la enseñanza de
Samuel; sin embargo, aunque podríamos decir con esta breve descripción que
alguien como Elí, cuyo oficio era el guardar y obedecer los principios de Dios,
debería tener una vida intachable y ordenada, no fue así. Elí tenía dos hijos,
Ofni y Finees, quienes se dedicaban también al sacerdocio, pero estos eran
hombres impíos que no tenían conocimiento de Jehová y se habían dedicado a
menospreciar las ofrendas del Señor (1 Samuel 2:1,17). Pensaremos: “yo creo que
Elí no tenía conocimiento de esto, pues al ser un sacerdote y siervo de Dios,
si se hubiera enterado de esto habría disciplinado a sus hijos”; pero
lastimosamente esto no fue así, las Escrituras nos revelan que no solo Elí
tenía conocimiento de este y otros malos tipos de comportamientos de sus hijos,
sino que también este nunca los disciplinó o evitó que siguieran en malos
caminos (1 Samuel 3:13); triste ¿cierto?, que un hombre como Elí, con tan
grandioso llamado de servir a Dios, no haya sido capaz de poner orden en su
casa. Esto claramente debe llevarnos a reflexionar, pues ¿cuántos de nosotros,
al igual que Elí, hemos observado comportamientos inadecuados en nuestras vidas
o familia y hemos seguido de largo? Y esto solo me hace pensar en las palabras
de Samuel: “Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar
atención que la grosura de los carneros.” (1 Samuel 15:22). Dios nunca ha
dejado de enseñarnos que nuestra vida debe reflejar, en todos los aspectos,
obediencia e integridad a Dios; que estamos llamados, como lo vimos hace
algunos días, a reflejar a Cristo en nuestros pensamientos, emociones,
conducta, pero también es claro que debe verse reflejado en la de nuestra
familia. Oración.
«Señor tú
eres un Dios de orden y yo quiero seguir tu ejemplo, pues he sido llamada a
reflejar en este mundo lo que tú eres. Padre no quiero ser ordenada en algunas
áreas de mi vida sino en todas y cada una de ellas, pero para hacerlo sé que
necesito estar atento a tu voz y dispuesta a obedecerte en todo lo que me digas
Amen. Difundiendo el mensaje de
Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito
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