El Carácter
de Cristo
“Llevad mi
yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y
hallaréis descanso para vuestras almas;” Mateo 11:29
La
mansedumbre y la humildad son dos aspectos del carácter de Cristo que debemos
considerar, pues la posibilidad de que reflejemos en nuestra vida los demás
aspectos o virtudes de nuestro Señor, dependen en gran medida de estos dos. Y
el fundamento es el siguiente: Santiago 4:6 “Pero él da mayor gracia. Por esto
dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.”
La
mansedumbre y la humildad son virtudes que tienen que ver más con el interior
de una persona que con el exterior, por eso el Señor dice que aprendamos de Él
que es manso y humilde de corazón. Siendo así, debemos mencionar que el corazón
en la Biblia es considerado como el centro de los pensamientos, las intenciones
y las emociones (Mateo 15:18-19). Por consiguiente, la mansedumbre y humildad
de corazón, se resumen en tener pensamientos justos basados en la verdad,
intenciones limpias y puras, y emociones o sentimientos equilibrados. Para que,
perseverando en ello, podamos de manera grata, libre y sincera, reflejar con
nuestras acciones el carácter de Cristo.
Ahora bien,
acabamos de mencionar lo que es ser mansos y humildes, con el propósito de
tener fundamento y así lograr que nuestro carácter, refleje el de nuestro Señor
Jesucristo. Sin embargo, aún falta describir la manera en que esto es posible,
el “cómo” lo podemos lograr, y para ello es necesario que veamos la gracia,
porque como dice el versículo, “Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los
humildes.”
Pues bien,
la gracia es ese regalo inmerecido que Dios nos da, por la gracia de Dios hemos
sido salvados y perdonados (Efesios 2:5,8), pero también por esa misma gracia,
cada día somos transformados. Y el medio para esto, es el Espíritu Santo, el
cual hemos recibido por gracia, por oír con fe el evangelio de nuestra
salvación (Gálatas 3:2-3). Entonces, es a través del poder y la guía del
Espíritu Santo, que cada día aprendemos la mansedumbre y humildad de nuestro
Señor y Maestro; aprendemos a caminar en comunión con su Espíritu y así hacer
morir las obras de la carne con sus pasiones y deseos, para que finalmente
podamos por las evidencias del fruto de su Espíritu que son: amor, gozo, paz,
paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza, manifestar que: nuestro
carácter es el carácter de Cristo (Gálatas 5:22-24). Oración.
«Padre
bueno, que por la gracia con la que he sido salvo y por medio de la cual me
diste tu Espíritu, pueda yo caminar en integridad. Gracias por el amor y
ejemplo de mi Señor y Maestro, anhelo cada día aprender de su mansedumbre y
humildad; ayúdame para que por el poder y la guía de tu Espíritu, pueda yo
manifestar el Carácter de tu amado Hijo, por Jesucristo mi Señor, amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito
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