Cuando no
llega la respuesta
“Jehová es
bueno, fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en él confían”
Nahum 1:7.
“Entonces me
dijo: Daniel, no temas; porque desde el primer día que dispusiste tu corazón a
entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras;
y a causa de tus palabras yo he venido. Mas el príncipe del reino de Persia se
me opuso durante veintiún días; pero he aquí Miguel, uno de los principales
príncipes, vino para ayudarme, y quedé allí con los reyes de Persia”. Daniel
10:12-13
Nos hemos
preguntado muchas veces ¿por qué no llega la respuesta? pensamos que hemos
hecho todo lo que está a nuestro alcance: oramos, ayunamos, nos apropiamos de
las promesas que hay en la Palabra, sentimos que nuestra fe es suficiente para
mover esa circunstancia; pero pasa el tiempo y vemos que nada sucede, es como
si Dios no estuviera escuchando, nos sentimos ignorados, como si algo estuviera
pasando con nosotros.
No debemos
pensar así, no es que el Señor nos haya olvidado y que algo anda mal con
nosotros, sino que debemos entender que el tiempo de Dios nada tiene que ver
con el nuestro la mayoría de las veces; que Él siempre tiene el control de toda
situación y dará la repuesta en el momento preciso. En estos tiempos con tanta
tecnología nos hemos acostumbrado a la inmediatez, tenemos todo a pedir de
boca, los problemas quedan solucionados rápidamente con solo presionar un clip
en nuestro celular o computador y queremos que Dios actúe de la misma manera.
Quisiéramos marcar el teléfono de Dios que está en Jeremías 33:3 que dice:
“Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú
no conoces” y que su respuesta nos llegue como si estuviéramos oprimiendo un
botón, pero con Dios no es así.
No queremos
estar en angustia y desesperación y es por esto, que muchos se dejan arrastrar
por creencias de que simplemente tenemos que declarar lo positivo, diciendo:
“yo reclamo las promesas de Dios”, tratando de controlar las situaciones, como
si solo tuviéramos que decirle a Él: “está es nuestra voluntad, es lo que
queremos, hazlo” y no le preguntamos cuál es su voluntad para nosotros, 1 Juan
5:14.
Hay muchos
que se auto condenan porque no pueden producir una respuesta a una oración
desesperada. Tenemos que saber que la Palabra de Dios es verdadera, que Él es
fiel a sus promesas, que es bueno y perfecto, que sabe lo que hace y que quizás
nosotros flaqueamos en nuestra fe, cuando nos toca esperar en su tiempo; el
Señor sólo anhela que confiemos, a pesar de lo que estemos afrontando y que no
debemos olvidar lo que dice la canción: “aunque no pueda ver sé que estás
obrando”, por eso, solo confiemos y pidamos aceptar su voluntad.
Aprendamos
de Daniel que fue perseverante en la oración y que la respuesta a su petición
no llegó al momento, tuvo que esperar mientras se libraba una batalla
espiritual porque el enemigo estaba estorbando la respuesta, se estaba
oponiendo a los propósitos de Dios. Hermanos, nuestras oraciones tendrán
contestación de una manera u otra, la cuestión aquí es que no siempre coinciden
precisamente con la voluntad de Dios y no siempre nos gusta lo que Él nos contesta.
Debemos permitir que Dios cambie nuestros deseos y los alinee con su propósito
eterno, así entenderemos que el tiempo de Dios es perfecto para responder
nuestras peticiones y que siempre nos dará lo mejor. Oración.
«Gracias
Señor porque siempre me escuchas y porque oyes a todos los que confían en ti,
ayúdame a esperar el tiempo de la respuesta a mis oraciones, porque solo tú
sabes qué batallas se libran en el mundo espiritual para cumplir tu propósito
no solo en mi vida, sino en los que me rodean, enséñame a aceptar tú voluntad,
buena agradable y perfecta. En Cristo Jesús, amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito
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