¿Por qué honrar a los Padres?
“Hijos,
obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre
y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien,
y seas de larga vida sobre la tierra.”, Efesios 6:1-3
“Respondió
entonces Jesús, y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo
hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el
Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente.”, Juan 5:19
La
obediencia a nuestros Padres tiene un propósito muy importante y particular, y
es enseñarnos a estar sujetos a la autoridad. Aunque suena difícil de cumplir,
el estar sujetos a una autoridad guarda nuestro corazón, ¿De qué manera? Si
somos capaces de someternos a una autoridad puesta por Dios, nuestra vida no
solo es protegida sino bendecida. La obediencia trae recompensa. Y esta
recompensa inicia cuando niños, pues somos protegidos por nuestros padres, y en
la época de adolescencia somos guardados de nuestros impulsos y emociones
desbordadas, cuando nuestros progenitores y autoridades nos corrigen, educan y
colocan límites a nuestras actuaciones.
Esto va
formando nuestro carácter y preparándonos para enfrentar la vida y formar a la
vez una nueva familia. El pecado rompe con este orden provisto por Dios para
nuestro bien y para tener una sociedad sana con familias fuertes. Por esto dice
la Palabra de Dios que es justo que los hijos obedezcan a sus padres, y el
ejemplo más grande de obediencia que podemos tomar para poder hacer lo justo,
es el Señor Jesús, pues Él obedeció a su Padre en todo y vino a este mundo en
total dependencia de la provisión y voluntad de Dios, por eso declaraba que no
hacía nada por sí mismo sino lo que veía hacer al Padre, y también que venía no
a hacer su propia voluntad sino la voluntad de su Padre (Juan 6:38b).
Jesús vino
como cien por ciento hombre y cien por ciento Dios, y en su parte humana
experimentó el sufrimiento, y en identificación con la humanidad tuvo que
aprender obediencia como Hijo del Hombre. Jesús no pecó, pero aun así tuvo
luchas humanas y experimentó la misma tentación que nosotros para darnos
ejemplo, como dice hebreos 5:8: “Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió
la obediencia;”.
Lo anterior
se relaciona con la misión de servir como el único Sumo Sacerdote en el cielo
para todos los tiempos y todas las personas, que puede compadecerse de nuestras
debilidades (Hebreos 4:15). Jesús, al pasar por el sufrimiento y la tentación,
se convierte en un modelo de obediencia para los hijos y en general para todos
los creyentes; por esta razón estamos llamados a honrar a nuestros Padres,
porque Cristo lo hizo y nos lo dio como regalo, Él fue obediente hasta la
muerte y muerte de cruz para que creyendo en Él seamos hechos hijos obedientes
al ser guiados por el Espíritu de Dios (Filipenses 2:8, Romanos 8:14-16). Oración.
«Padre
Celestial, gracias por la vida de mis padres terrenales, gracias porque, aunque
imperfectos, sé que en tu perfecta voluntad fueron ellos los que Tú escogiste
para mi cuidado, protección y formación. Te pido que, en obediencia
primeramente a ti, me permitas honrarlos y estar bajo su autoridad; igualmente
gracias por tu Hijo Jesucristo, quien es mi mayor modelo de honra y obediencia,
sé que, por Él, hoy yo también puedo obedecer, amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito
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