No te preocupes porque tú, eres hijo de Dios
“No os
afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?
Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe
que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de
Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.” Mateo 6:31-33.
Normalmente
como personas que tenemos necesidades y responsabilidades para afrontar, nos
preocupamos y tratamos en nuestra mente y sabiduría de arreglar y organizar
hasta donde más podemos todas las cosas. Sin embargo, aunque estamos llamados a
ser diligentes y tener orden y excelencia en todo, nuestra primera y mayor
necesidad es la relación con nuestro Padre Celestial.
Cuando
nosotros nos enfocamos y concentramos en conocer a Dios, por medio de la
congregación, los devocionales, la Biblia, entre otros, pero teniendo la
certeza que lo encontraremos a Él por medio de su Palabra, obtenemos el mayor
tesoro y suplimos nuestra más grande necesidad. Como seres humanos, necesitamos
constantemente sentirnos identificados, es decir, saber quiénes somos y a quién
pertenecemos, pues con base en ello, viviremos. Ejemplo, si decimos que somos
ignorantes, torpes, desventurados y que pertenecemos a una familia que siempre
ha sido así, con mucha seguridad seguiremos creyendo y viviendo como
ignorantes, torpes y desventurados.
Buscando
primeramente el reino de Dios y su justicia, nos enteraremos de nuestra nueva y
verdadera identidad en Cristo Jesús, sabremos que somos hijos y herederos del
Rey, del Creador, de Dios (Romanos 8:16-17); conoceremos que tenemos un Padre
Celestial que en Cristo nos ama con amor eterno e incondicional (Romanos
2:4-5); entenderemos que no estamos solos, que el Espíritu Santo está en
nosotros (Juan 14:16-17), y podremos comprender que a los que por el Espíritu
llamamos Padre a Dios, nos es suplido como añadidura todo lo que nos falta
conforme a las riquezas en gloria en Cristo Jesús (Filipenses 4:19).
Hermano, no
te afanes por las añadiduras, sé diligente en conocer y relacionarte con aquel
que todo lo puede hacer (Jeremías 32:27).
Oración.
«Padre Dios,
gracias por tu eterno amor y tu prolongada misericordia. Gracias por adoptarnos
como tus hijos y herederos en Cristo Jesús, gracias por amarnos primero. Te
pedimos, por favor nos mantengas de tu mano y no permitas que nos desviemos a
izquierda ni derecha; ayúdanos a permanecer y perseverar en ti, por Jesucristo
nuestro Señor, amén. Difundiendo el
mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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