El amor y la
ley
“Jesús le
dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con
toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es
semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos
depende toda la ley y los profetas.” Mateo 22:37-40
“El amor no
hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor.” Romanos
13:10
Es curioso
ver cómo frecuentemente como personas tratamos de cumplir la ley y no podemos,
quizás hacemos el bien algunos días, pero luego volvemos y pecamos, o quizás
cumplimos de manera fácil y espontánea algunos mandamientos, pero otros se nos
convierten en una carga difícil y pesada. Sin embargo, es más curioso aún saber
que para cumplir la ley simplemente debemos andar en amor, amor a Dios y amor
al prójimo.
Ahora bien,
para andar en amor es necesario tener amor, y como creyentes en Cristo tenemos
el más puro y poderoso amor, el de Dios, dice Romanos 5:5 “y la esperanza no
avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por
el Espíritu Santo que nos fue dado.” El amor de Dios está en nuestro corazón
por medio de su Espíritu, de manera que, andar en amor y dar amor, solo es
posible si permitimos que el Espíritu Santo dirija nuestra vida.
Pues, 1
Corintios 13:4-7 nos dice cómo es el amor: “El amor es sufrido, es benigno; el
amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada
indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la
injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo
espera, todo lo soporta.”. Y El fruto del Espíritu es: Gálatas 5:22-23 “Mas el
fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. ”
De manera
que para poder practicar el amor y cumplir la ley (porque el cumplimiento de la
ley es el amor) nuestra única esperanza es que, por medio del amor de Dios y la
gracia de nuestro Señor Jesucristo, mantengamos una comunión diaria y constante
con el Espíritu Santo, “Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el
ocuparse del Espíritu es vida y paz.” (Romanos 8:6). Oración.
«Padre
bueno, gracias por la gracia con que recibí tu Espíritu Santo que ha llenado mi
corazón del verdadero amor. Permíteme por esa misma gracia, andar en Él,
correspondiendo a tu amor y amando a mi prójimo; de esta manera sé que libre y
sinceramente cumpliré tu ley, por Jesucristo, mi Señor, amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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