La batalla
contra el enemigo ya está ganada
“Por lo
demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza.
Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las
asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino
contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas
de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”
Efesios 6:10-12.
Como hijos
de Dios y por ende enemigos del maligno y de todas sus obras de maldad,
continuamente nos vemos enfrentados en guerra, pues su intención de matar,
robar y destruir es fuertemente confrontada e impedida por aquellos que
predicamos la salvación, vida eterna y vida en abundancia que hay en
Jesucristo.
Es por esto
que, conocer y creer fielmente en lo que el Señor Jesús nos ha dado como
siervos y soldados suyos que somos, nos ayudará a permanecer firmes y en
victoria.
En primer
lugar, debemos conocer que la batalla contra el enemigo ya está ganada, pues la
ganó el Señor Jesús hace más de dos mil años en la cruz, dice Colosenses 2:15
“y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente,
triunfando sobre ellos en la cruz”. Y ahora a cada creyente le ha sido dada
autoridad para que en el nombre del Señor Jesús se someta y se derrote toda
obra del enemigo, la Palabra en Lucas 10:19 dice: “He aquí os doy potestad de hollar
serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará”.
Ahora bien,
la clave para vivir en este triunfo, es permanecer con nuestra armadura bien
puesta, pues el hecho de que sepamos que en Jesús ya tenemos la victoria, no
nos exime de pelear la batalla, y para esto, es necesario fortalecernos en el
Señor y en el poder de su fuerza, situación que solo logramos si hacemos uso de
la armadura que se nos ha proveído. La justicia de Dios en Cristo, la verdad
que es Cristo mismo, las buenas nuevas de paz, la fe, el evangelio de
salvación, la Palabra de Dios y la oración, son los elementos principales de
esta dotación, de los cuales nos debemos vestir y así poder resistir. (Efesios
6:13-18). Recordemos que Santiago 4:7 dice “Someteos, pues, a Dios; resistid al
diablo, y huirá de vosotros”. Oración.
«Padre, te
alabo y te bendigo, te doy gracias por tu obra de salvación y porque cada día
me permites experimentarla en otras facetas de mi vida. Gracias por permitirme
conocer y vivir la victoria que tengo en Cristo, ya sé que el enemigo no me
puede hacer daño y que me has dado autoridad para derrotar todas sus obras de
maldad, por Jesucristo, nuestro Señor, amén.
Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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