Tener y guardar los mandamientos
“El que
tiene mis mandamientos, y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama,
será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él.” Juan 14:21
“No debáis a
nadie nada, sino el amaro unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha
cumplido la ley.” Romanos 13:8
Solo puede
cumplir los mandamientos aquel que ha nacido de nuevo, el que ha creído en
Jesús y ha sido limpiado con la sangre de Cristo.
Respecto a
este asunto, el libro de hebreos confirma el cumplimiento, por la fe en Cristo,
de la promesa escrita en el libro del profeta Jeremías 31:33, que dice: “Y nos
atestigua lo mismo el Espíritu Santo; porque después de haber dicho:
Este es el
pacto que haré con ellos
Después de
aquellos días, dice el Señor:
Pondré mis
leyes en sus corazones,
Y en sus
mentes las escribiré,” (hebreos 10:15-16).
Entonces,
cuando recibimos a Jesús por la fe, sus mandamientos fueron escritos en
nuestros corazones y por medio del Espíritu podemos cumplirlos.
Es un cambio
de naturaleza; ahora, por el mismo Espíritu de amor somos impulsados a la
obediencia a sus preceptos, porque el mismo Cristo que fue obediente hasta la
muerte, y muerte de cruz, nos dio su obediencia y habita en nuestro interior
como lo contextualiza el mismo Señor Jesús antes de Juan 14:21, hablando acerca
de creer en Él: “En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y
vosotros en mí, y yo en vosotros” (Juan 14:20).
Ahora, los
creyentes estamos llamados a permanecer en Él, pues solo el que permanece en Él
puede llevar mucho fruto; entre ese fruto está el amor (Gálatas 5:22-23). La fe
nos hace partícipes de la gracia de Cristo y junto con el amor nos capacita
para obedecer sus mandamientos y vivir piadosamente (Efesios 2:10, Gálatas
5:14, Tito 2:11-12).
Conclusión,
por la fe en Cristo tenemos sus mandamientos escritos en nuestro corazón y los
obedecemos colocando en acción el amor de Dios, que ha sido derramado en nuestro
corazón por el Espíritu Santo (Gálatas 5:16, Romanos 8:14). Oración.
«Padre,
gracias porque has cumplido tu promesa en mí de escribir tus mandamientos en mi
corazón gracias al sacrificio de Cristo; permíteme permanecer en ti y, guiado
de la mano de tu Espíritu, poder amar al prójimo cumpliendo así tu ley. En el
nombre de Jesús, amén. el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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