Descansar. Parte 2
“Por nada
estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en
toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa
todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en
Cristo Jesús.” Filipenses 4:6-7
Continuando
nuestra reflexión acerca del descanso, podemos concluir que descansar en Cristo
permite hallar reposo a nuestra alma fatigada y nuevas fuerzas en cualquiera
que sea el caso: dolor, enfermedad, problemas económicos, incertidumbre de la
vida; pero no es un reposo inactivo o un estado de sueño con ausencia de
inconvenientes, no, es un estado de tranquilidad permanente, donde a pesar de
que estén pasando situaciones muy difíciles Cristo está en nosotros y con
nosotros para darnos su paz y la fortaleza espiritual, física y aun en nuestros
pensamientos, puesto que cuando no descansamos tratamos infructuosamente de
buscar solución a algún problema, le damos vueltas pero no hallamos descanso;
necesitamos por tanto que la paz de Dios guarde nuestro corazón y nuestro
pensamiento en Cristo Jesús y pensar en todo lo bueno, agradable y perfecto que
Dios tiene para nosotros (Filipenses 4:7-8).
La confianza
puesta en Cristo de esta manera, renovará nuestra fuerza; y la fuerza y poder
que se refleja en cada uno no es menor, es la manifestación en nosotros del
mismo Espíritu que resucitó a Cristo de los muertos: “Y si el Espíritu de aquel
que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los
muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su
Espíritu que mora en vosotros” (Romanos 8:11).
Entonces,
podemos decir como el salmista: “¿Por qué te abates, oh alma mía,
¿Y te turbas
dentro de mí?
Espera en
Dios; porque aún he de alabarle,
Salvación
mía y Dios mío”, (Salmos 42:5).
Hay un
principio espiritual que la escritura nos revela para experimentar plenamente
el descanso en Cristo y dejar de estar fatigados y cargados; lo veremos en el
próximo devocional. Oración.
«Padre
descanso en ti, te entrego mis pensamientos fatigados y cansados que no
encuentran ninguna solución, pues solo en ti encuentra paz mi alma, en el amor
de Cristo Jesús y el poder de tu Santo Espíritu que mora en mí, amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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