Las riquezas de su gracia
“en quien
tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su
gracia”, Efesios 1:7.
“para
mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su
bondad para con nosotros en Cristo Jesús”, Efesios 2:7.
Es
fundamental entender la riqueza de lo que sucedió en la cruz, en la muerte de
Cristo, su resurrección, ascensión y en habernos rescatado del pecado,
perdonado y dado su Espíritu. La obra de salvación es una obra completa que
determina nuestra vida presente y futura.
¿Por qué en
la escritura se les llama riquezas de su gracia? No solo porque son
sobreabundantes, sino porque nos las dio a nosotros como un regalo abundante e
inmerecido, que llega a nosotros por medio de la fe en la persona misma de
Jesús, pues en sí mismo Él es lleno de gracia y verdad, como dice Juan 1:14 “Y
aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria
como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad”.
Nos dio de
lo que tiene en abundancia, gracia y amor sin límites, no porque seamos buenos
o por nuestras obras de justicia o por mérito propio; entonces somos
millonarios espirituales, si es que hemos aceptado a Cristo como nuestro Señor
y Salvador. El Padre imputó a su Hijo nuestros pecados para que nosotros
fuésemos hechos justicia de Dios en Cristo: “Al que no conoció pecado, por
nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en
él.”(2 Corintios 5:21)
El hecho que
tengamos las riquezas de su gracia, nos hace también responsables de
administrar estas riquezas, que son espirituales, pero que trascienden y llenan
todo, como lo enseña la escritura: “Y poderoso es Dios para hacer que abunde en
vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo
suficiente, abundéis para toda buena obra” (2 Corintios 9:8).
Toda gracia
es dada a nosotros para que tengamos en todas las cosas todo lo suficiente con
el propósito de manifestar toda buena obra. No para nuestros fines egoístas, o
ambiciones personales, sino para ¡la gloria de Dios!
Finalmente,
de esto se trata cuando enseña la escritura que Jesús se hizo pobre para
hacernos ricos, es una riqueza espiritual inmensa que no se compara con ninguna
riqueza material, así que tenemos que reflexionar profundamente como lo declara
contundentemente la Palabra de Dios: “Porque ya conocéis la gracia de nuestro
Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que
vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos” (2 Corintios 8:9) ¡Qué inmenso
favor, qué gran riqueza tenemos hoy! Oración.
«Padre, me
has dado todo, lo has llenado todo en mi vida, me has bendecido con toda
bendición espiritual por la gracia de Cristo, permíteme disfrutar y administrar
estas riquezas compartiendo el evangelio a mi prójimo. En el nombre de Jesús.
Amén. Difundiendo el mensaje de
Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario