Oración
“Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama
Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que voy allí y
oro. Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y
a angustiarse en gran manera. Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste,
hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo. Yendo un poco adelante, se
postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí
esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú.” Mateo 26:36-39
Vemos en Jesús que su acción inmediata una vez sintió en su
corazón tristeza y angustia en gran manera, fue la de acercarse a Dios en
oración y pedirle a sus discípulos más cercanos que también oraran con Él.
La oración en estos momentos de gran debilidad ha de ser tal
y como lo observamos en el caso de nuestro Señor, Él con toda reverencia, pero
también con total confianza y sinceridad, le expresa a su Padre Celestial sus
pensamientos y sentimientos más íntimos. Jesús sabe que su Padre ya conoce sus
pensamientos y emociones, pero también sabe cuán importante es para Él
manifestárselos en oración, porque es justamente este acto el que denota total
dependencia y sumisión a su Padre Dios.
Lucas 22:43 revela que después de que Jesús oró diciendo
“Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la
tuya. ”, se le apareció un ángel del cielo para fortalecerle.
Podemos decir entonces que, la oración es la acción más sabia
y eficiente que ante cualquier momento de adversidad podemos realizar, pues si
no es la voluntad de Dios cambiar de dirección nuestro caminar, sin duda Él nos
fortalecerá con el poder de su fuerza para que podamos estar firmes y obtener
la victoria en cualquier prueba o dificultad. Es lo que también nos revela su
Palabra en Salmos 55:22 que dice: “Echa sobre Jehová tu carga, y él te
sustentará; No dejará para siempre caído al justo.” Estudiaremos mañana acerca
de la provisión de Dios para nuestro sustento y fortaleza, no te lo pierdas. Oración.
«Padre Dios, qué privilegio y qué bendición tengo al poder
acercarme a ti en cualquier momento y más si estoy en pruebas o dificultad.
Gracias por ser tan incondicional, Santo y bueno, pues me llenas de tu paz y tu
fuerza al permitirme entender que tu voluntad siempre es buena, agradable y
perfecta, en el nombre de Jesús, amén.
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