Fortalecidos con poder
“Y dejándolos, se fue de nuevo, y oró por tercera vez,
diciendo las mismas palabras. Entonces vino a sus discípulos y les dijo: Dormid
ya, y descansad. He aquí ha llegado la hora, y el Hijo del Hombre es entregado
en manos de pecadores. Levantaos, vamos; ved, se acerca el que me entrega.”
Mateo 26:44-46
“para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser
fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu;” Efesios 3:16
La oración, además de ser ese momento de intimidad donde
abrimos nuestro corazón delante de Dios, confiándole cada uno de nuestros
pensamientos y sentimientos, es también ese espacio donde nos disponemos a
recibir de Él su provisión. En el Señor Jesús podemos ver que su sustento y
fortaleza para superar la prueba más difícil que cualquier ser humano puede
enfrentar, lo obtuvo en su momento de oración.
En momentos de grande prueba o tribulación, pueden llegar a
nosotros pensamientos y sentimientos de mal, que si los dejamos albergar en
nuestra mente y corazón van a terminar llevándonos a actuar en contra de la
voluntad de Dios. Por eso, si vemos llegar a nuestra alma, la incertidumbre, el
temor, la tristeza, la angustia, el desánimo, la preocupación o cualquier
similar, no debemos dudar en hacer lo que hemos aprendido de nuestro Señor, ir
a la presencia de nuestro Padre Celestial y orar hasta obtener el sustento y la
fortaleza que necesitamos para continuar.
Recordemos que tenemos de Dios a nuestro ayudador, el
Espíritu Santo, el cual nos ayuda en nuestra debilidad, y en esos momentos
donde no sabemos cómo orar, Él de acuerdo a la voluntad de Dios, con gemidos
indecibles intercede por nosotros (Romanos 8:26-27). Y de la misma manera que
lleva nuestra petición a Dios, es a través de Él que nuestro Padre Dios, envía
su respuesta, revelándonos su Palabra de acuerdo a su voluntad, porque es del
Espíritu Santo guiarnos a toda verdad (Juan 16:13). De modo que, si no quieres
permitir que pensamientos y sentimientos de mal te guíen en tu prueba o
tribulación, no dudes en orar para fortalecerte con poder en tu ser interior
por el Espíritu de Dios (Efesios 3:16).
Oración.
«Bendito Dios, gracias por el regalo de tu Espíritu Santo;
gracias porque si no es por Él, ciertamente yo nada podría hacer. Te alabo y te
bendigo, oh Dios, por tu divina provisión, sé que me fue dada gracias a mi
Señor y Salvador, gracias Dios, amén.
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