La fe del Hijo de Dios
“Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo,
mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del
Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.” Gálatas 2:20
La fe, según Hebreos 11:1 es la certeza de lo que se espera y
la convicción de lo que aún no se ve; contrario a la fe es la vista, pues
cuando ya con nuestros ojos físicos vemos algo, está cumplido y no hay nada por
lo cual esperar. Como creyentes en Dios nos caracteriza la fe, pues realmente
nadie ha visto jamás a Dios, pero según Romanos 10:17, esta viene a nosotros a
medida que escuchamos la Palabra de Dios, pues es la Biblia el medio a través
del cual obtenemos conocimiento de nuestro Dios (Juan 1:18).
Vemos en el Señor Jesús que su fe siempre fue muy sólida,
pues en ningún momento se le observa con duda o incertidumbre acerca de Dios,
hecho que además de la relación íntima que mantenía con su Padre Dios, se lo
atribuimos al conocimiento obtenido de las sagradas Escrituras, pues por lo
relatado en el evangelio de Lucas, Jesús, desde muy pequeño fue instruido en la
Palabra de Dios; y vemos cuando fue tentado por Satanás en el desierto, que sus
tres respuestas tuvieron algo en común, que fue: “Escrito está” confirmando así
lo que dicen las sagradas escrituras. (Lucas 2:46, 52; Mateo 4:4, 7, 10).
Sin lugar a duda, la fe de Jesús, es decir, aquello por lo
cual esperaba y que todavía no veía, pero de lo que tenía total confianza y
seguridad, fue lo que lo llevó a vivir su vida de la manera en que la vivió, en
total dependencia y obediencia a su Padre Dios, pues sabía y creía que su
venida a esta tierra no fue para hacer su voluntad, sino la voluntad del que lo
envió (Juan 6:38).
Finalmente, el versículo de hoy, mencionando la fe del Hijo
de Dios, dice que Jesús por amor se entregó en sacrificio por nosotros; ¡Qué
gloriosa manifestación de la fe de nuestro Señor! Ahora bien, ¿Cuál será la
evidencia o manifestación que Dios anhela de nuestra fe? Prepara tu corazón en
oración para la respuesta que el Señor nos dará en el siguiente devocional. Oración.
«Padre, cuán grande y perfecto ejemplo encuentro siempre en
tu Hijo Jesucristo. Gracias por revelarte a mi vida a través de tu Hijo, y
gracias por la enseñanza y el conocimiento por medio de tu Espíritu y tu
Palabra, amén.
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