Caminar con Dios
“Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó
Dios.” Génesis 5:24
Hay distintos niveles de nuestra relación con Dios, uno de
ellos es caminar con Él, como lo vemos en la vida de Enoc, pues caminó Enoc con
Dios, y para caminar con Él todo inicia con la fe, porque: “Por la fe Enoc fue
traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y
antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios”, (Hebreos
11:5).
Ahora, ¿por qué caminar con Dios? Porque antes, cuando no
habíamos recibido a Cristo en nuestro corazón ni habíamos creído en Él, como
dice Efesios 2:1-2 caminábamos por nuestro propio camino, haciendo la voluntad
de nuestros deseos y pensamientos, y estábamos muertos espiritualmente,
viviendo vidas vacías y sin esperanza, cumpliéndose así lo que dice Proverbios
14:12 “Hay camino que al hombre le parece derecho; Pero su fin es camino de
muerte”.
Pero hoy, damos gracias a Dios porque nos ha concedido la
gracia de recibir a su Hijo como nuestro Señor y Salvador, cambiando así
nuestro rumbo de manera radical, “Mas a todos los que le recibieron, a los que
creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” (Juan 1:12).
Y estando en esta condición y este nuevo caminar, tenemos el enorme privilegio
de ser partícipes de la naturaleza divina por medio de esas preciosas y
grandísimas promesas que nuestro Padre nos da, y su Palabra en Salmos 32:8 dice
“Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; Sobre ti fijaré
mis ojos”. Oración.
«Padre Dios, en este nuevo día de vida que me concedes,
primeramente te doy gracias porque sé que es por tu gracia y misericordia, y en
este sentido te pido que me ayudes hoy a caminar contigo, de tu mano, haciendo
tu voluntad; que se cumpla el propósito por el cual hoy me levantas, en nombre
de tu Hijo Jesucristo, amén.
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