La piedra fue removida
“Pasado el
día de reposo, al amanecer del primer día de la semana, vinieron María
Magdalena y la otra María, a ver el sepulcro. Y hubo un gran terremoto; porque
un ángel del Señor, descendiendo del cielo y llegando, removió la piedra, y se
sentó sobre ella. Su aspecto era como un relámpago, y su vestido blanco como la
nieve. Y de miedo de él los guardas temblaron y se quedaron como muertos. Mas
el ángel, respondiendo, dijo a las mujeres: No temáis vosotras; porque yo sé que
buscáis a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí, pues ha resucitado, como
dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor”. Mateo 28:1-6
La
resurrección es el segundo de los tres eventos que constituyen la médula del
evangelio: crucifixión, resurrección y ascensión. Sería difícil exagerar la
importancia de este evento, porque la resurrección es el corazón de todas
nuestras creencias, sin ella no habría historia del cristianismo, sin ella no
hay un cielo preparado esperándonos, sin ella los que mueren quedarían en el
olvido, sin ella no habría una gran comisión para cumplir.
El pasaje de
hoy es uno de los relatos de cómo sucedió la resurrección, la remoción de la
piedra no fue con el fin de dejar salir a Jesús, sino de dejar entrar a las
mujeres a ver la tumba vacía. El ángel llegó para mostrarles que Jesús ya había
resucitado, por eso removió la piedra.
A veces la
incredulidad de las personas es una piedra que hay que remover para que puedan
ver al Cristo Vivo. La mayoría de la gente contempla al Cristo clavado en una
cruz, que parece vencido por la muerte, muy pocos han abierto sus ojos
espirituales para ver al Cristo resucitado, que se levantó victorioso de la
tumba, carecen de visión espiritual porque no conocen las Escrituras.
Esa piedra
también puede mostrar el paso de fe que no hemos dado para ver la gloria de
Dios, si no removemos esa piedra no ocurrirá nada, Dios nos llama a una fe
activa, donde hagamos su voluntad viviendo según su Palabra, viviendo en
obediencia, cuando no hacemos esto, podemos caer en incredulidad y dejamos de
ver las cosas grandes que Dios tiene preparadas para nosotros.
Hasta que
los discípulos del Señor no experimentaron la resurrección estuvieron
atemorizados y escondidos, pero el ver al Cristo Vivo les dio una nueva vida y
una nueva esperanza. Hay que remover la piedra de la duda en los momentos de
prueba, hay que remover la piedra de la desesperanza, del temor al futuro, del
temor a la muerte, como dice 1 Pedro 1:3-4 “Bendito el Dios y Padre de nuestro
Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una
esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una
herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos
para vosotros”.
Recordemos
hoy que la muerte no pudo vencer a Cristo, el resucitó como primicia de los que
duermen, debemos remover la piedra de la falta de fe, de la falta de
perseverancia en los caminos de Dios. ¿cuántas piedras tenemos apiladas en la
entrada de nuestro corazón que le impiden al Cristo Vivo manifestarse en
nuestra vida? Oración.
«Señor
Jesucristo, tu resurrección significó la hora de gloria para ti, ahora estás
sentado a la diestra de Dios Padre con toda majestad; quiero que remuevas toda
piedra que esté impidiendo que te vea como el Cristo Vivo que está actuando en
mi vida, que tu resurrección se vuelva mi experiencia personal, por la cual
puedo verme transformado, sanado y restaurado, porque venciste la muerte y me
diste esperanza, la resurrección es la garantía de mi salvación y de una vida
eterna. En el nombre de Jesús, amén. Difundiendo
el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario