El Espíritu y la esposa dicen: ven
“Por lo demás,
me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo,
en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida”. 2
Timoteo 4:8
“Y el
Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed,
venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente”. Apocalipsis
22:17
¿Cuánto
anhelamos la venida de Cristo?
Pablo con
certeza dice que ya tiene reservada la corona de justicia, que el Señor no sólo
le dará a él, sino a todo aquel que ama su venida. Pablo en la medida que se
acercaba al final de su vida pudo decir con seguridad que fue fiel a su llamado
y que sabía que sería premiado por Cristo, ¿será que poseemos la misma
seguridad y expectativa de Pablo de encontrarnos con Cristo?
La
recompensa celestial no es sólo para los gigantes de la fe, como Pablo, sino
también para todos aquellos que esperan con ansias la segunda venida de Cristo.
Pablo dijo estas palabras para animar a Timoteo en primera instancia, pero
también a nosotros; de que no importa cuán difícil parezca la batalla de la fe,
hay que seguir peleando. Descubriremos, cuando estemos con Cristo, que todo
valió la pena.
Por eso
debemos como iglesia, esposa de Cristo, estar alertas y preparados para su
segunda venida, con nuestras lámparas llenas de aceite, que es la presencia del
Espíritu Santo en nuestras vidas. Mateo 25: 1-13, es una invitación a preparar
el corazón de la iglesia para recibir a Jesús en su regreso y estar siempre
listos como las vírgenes prudentes. Es un llamado a la santidad, a la
consagración y a la comunión con Dios, en estos tiempos de oscuridad que
estamos viviendo. Como las vírgenes prudentes debemos tener las lámparas
encendidas, porque la iglesia debe brillar en medio de la oscuridad de este
mundo.
El clímax
del apocalipsis es un llamado evangélico, dirigido a aquellos que aún
permanecen afuera, tanto el Espíritu y la esposa (la iglesia) ofrecen la
invitación. La invitación a venir, es efectiva mientras la iglesia es aún la
novia comprometida, como también “ven” es la oración del Espíritu y de los
creyentes en respuesta a la promesa de Cristo que dice que viene pronto,
Apocalipsis 22:7. Tenemos que oír con gozo el anuncio de Cristo y poder decir
“ven Señor Jesús”.
Tanto el
Espíritu Santo como la Esposa, la iglesia, extienden la invitación a todo el
mundo para que vengan a Jesucristo a calmar su sed, y tomen del agua de la vida
gratuitamente, una vez más es entender que la salvación es por gracia, es un
regalo para todo aquel que quiera. Por eso, no podemos dejar de anunciar el
mensaje a todas las almas sedientas para que acudan a Jesús; si hemos sido
hallados para Cristo, debemos hallar a otros para Él. Recordemos Juan 6:35
“Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre;
y el que en mí cree, no tendrá sed jamás”.
Es nuestro
deseo como iglesia que cada uno que oiga o lea estas palabras, desee de
inmediato aceptar la invitación de gracia y recibir a Jesucristo en su corazón. Oración.
«Señor
Jesucristo, cuánto amo tu venida, mi anhelo es encontrarme contigo cara a cara,
por eso permíteme pelear la buena batalla de la fe y así como Pablo, tener la
seguridad que algún día estaré contigo en el cielo disfrutando de tu plenitud,
mientras tanto prepara nuestro corazón para tu regreso, lléname de tu Santo
Espíritu para que mi lámpara esté encendida; y que pueda decir a otros “vengan”
y tomen del agua de la vida gratuitamente, en Cristo Jesús, amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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