¿Cuál es
nuestra motivación?
“Al tiempo
que señalaré Yo juzgaré rectamente. Se arruinaban la tierra y sus moradores; Yo
sostengo sus columnas” Salmos 75:2-3
“porque en
Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que
obra por el amor” Gálatas 5:6
¿Tú crees
que Dios necesita algo de nosotros? Dios no necesita nada, somos nosotros los
que necesitamos de Él; sin Él nos falta todo.
No importa
lo que pase a nuestro alrededor, podemos enfrentar muchas cosas, pero debemos
tener la certeza de que quien sostiene las columnas de la tierra es Dios; Él
sabe lo que necesitamos, pero Él no es el “Dios apaga incendios”, al que
acudimos cuando estamos en emergencias y que después de ver su respuesta lo
olvidamos.
Si queremos
ser bendecidos, restaurados, prosperados en todas las áreas de nuestra vida,
debemos entender lo que dice Gálatas 5:6 “porque en Cristo Jesús ni la
circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor”.
El amor es
el dunamis de la fe. Dunamis en griego significa fuerza, poder milagroso; por
eso, si no hay intimidad, presencia de Cristo, búsqueda de Dios, si Jesús no
está presente en todos los asuntos de nuestra vida, si no hay una verdadera
motivación y una actitud correcta hacia Él, nunca seremos prosperados como Él
quiere. En Marcos 7:6 dice “Respondiendo él, les dijo: Hipócritas, bien
profetizó de vosotros Isaías, como está escrito: Este pueblo de labios me
honra, más su corazón está lejos de mí”.
Recordemos
cómo el pueblo de Israel en el desierto estaba tan lejos del corazón de Dios
que no veían su amor cuando los sustentaba, les dio pan, agua, carne, les dio
su protección y cuidado, todo lo que necesitaban, pero ellos siempre se
quejaban y lo deshonraban.
Lo mismo nos
puede pasar a nosotros, podemos conocer todos sus mandamientos, sus principios,
pero si mi amor por Jesús no es mi motivación la fe no puede operar; y esto es
en todos los ámbitos de nuestra vida, en nuestro matrimonio, en nuestra
relación con nuestros hijos, en nuestro ministerio, en nuestra área financiera,
entre otras. La fe obra por el amor, todo funciona a partir de esto.
1 corintios
13:1-2 dice “Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo
a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía, y
entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal
manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy”.
El amor nos
enseña a darle a Dios lo mejor de nosotros y podemos esperar lo mejor de Él. El
Salmo 37: 4 dice “Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá las
peticiones de tu corazón”. Oración.
«Gracias
Señor por tu entrega sin reservas en la cruz, por amarme y salvarme. Que mi
amor por ti sea la motivación de cada día para conocerte más y más; me has
bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales, tengo una
nueva naturaleza que refleja la presencia de tu Santo Espíritu, quiero darte mi
amor, dinamizar mi fe, confiar en tus promesas. Gracias porque contigo lo tengo
todo. Eres el Dios soberano que sostienes mi vida y esta tierra, amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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