El Sermón de
Abel. Parte 1
“Conoció
Adán a su mujer Eva, la cual concibió y dio a luz a Caín, y dijo: Por voluntad
de Jehová he adquirido varón. Después dio a luz a su hermano Abel. Y Abel fue
pastor de ovejas, y Caín fue labrador de la tierra. Y aconteció andando el
tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová. Y Abel
trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y
miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda; pero no miró con agrado a Caín y
a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante”
Génesis 4:1-5
“Por la fe
Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó
testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto,
aún habla por ella” hebreos 11:4
bel fue un
hombre de fe, de una fe diferente a la de Adán, porque Adán caminó con el
Señor, estuvo en el huerto con Él, lo vio con sus ojos, estaba en la presencia
de Dios, fueron amigos; Adán conocía a Dios y hablaba con Él, vivía en comunión
íntima con su Creador. El privilegio de estar en su presencia lo perdió cuando
pecó.
Abel, en
cambio, fue el primero en confiar en Dios sin verle; de acuerdo con Jesús, Abel
fue bienaventurado porque fue el primero que creyó en Dios sin haberlo visto.
Recordemos Juan 20:29 “Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste;
bienaventurados los que no vieron, y creyeron”.
Aprendemos
de estos pasajes lo siguiente:
La fe
verdadera se acerca a Dios mediante el sacrificio correcto, “Por la fe Abel
ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín”; ambos jóvenes se acercaron a
Dios con sacrificios, los dos trajeron algo delante de Dios el mismo día y en
el mismo lugar, pero solo uno fue recibido por Dios.
El Señor
miró con agrado a Abel y su ofrenda, no solo le gustó lo que Abel le trajo,
sino que le gustó el corazón de Abel, su disposición; pero no miró con agrado
ni la ofrenda ni la disposición de Caín, ¿por qué?, porque Dios le habló a Abel
y él respondió en fe presentando el sacrificio que Dios pedía. La forma
correcta de acercarse a Dios es por medio de la revelación divina, por medio de
lo que Dios nos habla a través de su palabra.
Abel
representa a todo aquel que se acerca a Dios por medio de la revelación divina,
porque recibió la palabra de Dios y trajo la ofrenda que el Señor pidió, no
trajo lo que él quería; Abel no quiso inventar una forma nueva de traer
ofrenda, él simplemente obedeció.
¿Cómo
sabemos que ese es el tipo de sacrificio que Dios le pidió a Abel?, porque el
Señor mismo provocó la primera muerte en la historia de la creación, en favor
de los pecadores, para cubrir la vergüenza y cubrir el pecado de Adán y Eva; y
este sacrificio sería la antesala de todos los sacrificios del Antiguo
Testamento para que Dios pudiera expiar los pecados de ese entonces, pero
también sería la antesala del único y gran sacrificio que quitaría el pecado y
traería salvación a la humanidad: el de Jesucristo con su muerte en la cruz.
Por otra
parte, la forma incorrecta de acercarse a Dios fue como lo hizo Caín, quien se
acercó por medio del razonamiento humano porque probablemente pensó que
ofrecería el fruto de todo el trabajo duro de un año, llevando una ofrenda de
su cosecha; creía que era justo traerle a Dios algo que le costó, fruto de su
esfuerzo. Esto es tratar de agradar a Dios con nuestras propias fuerzas y
razonamiento, y de esa forma Caín se convierte en el creador de la primera
religión falsa, porque la esencia de toda religión falsa es: voy a agradar a
Dios con mis obras.
La Biblia
nos dice que todo es por gracia, no podemos hacer nada por nuestra salvación
porque es un regalo de Dios a través de Jesucristo, quien hizo todo por
nosotros. La primera enseñanza, entonces, es que el obedecer es mejor que los
sacrificios y el prestar atención a lo que Dios dice (1 Samuel 15:22). Nuestra
verdadera fe es acercarnos a Dios por medio de la fe en Jesucristo. Cristo en
la cruz es suficiente para darnos la victoria sobre el pecado; acerquémonos a
Dios por medio de la fe en el sacrificio perfecto, el de Cristo. Oración.
«Amado
Jesús, gracias por ese sacrificio perfecto en la cruz del calvario, fuiste la
ofrenda agradable a Dios en favor de nosotros los pecadores, gracias porque por
ese único y suficiente sacrificio volví a tener una relación correcta con mi
Padre, abriste un camino nuevo a su presencia por medio tu sangre preciosa.
Ahora quiero adorarte como dice tu palabra, en espíritu y en verdad, me acerco
confiadamente a tu trono de gracia para alcanzar el oportuno socorro. En el
nombre de Jesús, amén Difundiendo el
mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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