También soy el discípulo amado
“Y uno de
sus discípulos, al cual Jesús amaba, estaba recostado al lado de Jesús”, Juan
13:23.
Jesús
experimentaba a diario el amor de su Padre, Él sentía y sabía que era El Hijo
amado, su Padre Dios se lo había expresado claramente cuando le dijo: “Este es
mi Hijo amado, en quien tengo complacencia” Mateo 3:17b.
Esto mismo
que experimentó Jesús, la manifestación del amor de su Padre hacia Él, lo
enseñó a sus discípulos, pues en todo momento les demostró cuánto los amaba,
tanto con su vida, como con sus palabras y con sus actos, como lo declara en
Juan 15:9 “Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en
mi amor”.
La
experiencia del amor de Jesús en la vida de sus discípulos, los llevó a tener
intimidad con Él, y esa intimidad los llevó a permanecer o corresponder a su
amor, y el mejor ejemplo de cómo debemos corresponder a ese amor, nos lo
muestra Juan, él se sentía amado y eso le permitía venir a su Maestro con tal
confianza, que era capaz de recostarse al lado de Jesús.
Esta
enseñanza de amor fue tan contundente en la vida de Juan, que después de ver el
sacrificio de Jesús en la cruz por amor a él y a toda la humanidad y de ser
testigo del triunfo del amor al presenciar la resurrección de su Maestro, pudo
escribir, inspirado por el Espíritu Santo, refiriéndose a él mismo como el
discípulo al cual Jesús amaba. Por eso, es necesario que hoy nosotros también
tengamos esa revelación que viene por el Espíritu Santo y podamos decir al
igual que Juan, que somos discípulos amados de Jesús.
Saber que
somos amados por Jesús, es una verdad que debe llevarnos a tener confianza en
nuestro Señor y Salvador, a tal punto que al igual que Juan podamos, con toda
familiaridad, llegar a los brazos de nuestro Maestro y descansar en Él. Oración.
«Padre Santo
te pido que tu Santo Espíritu me revele por tu Palabra y tu Poder, cuanto me
ama mi Maestro y Salvador Jesucristo, llévame a entender que yo también soy su
discípulo amado, que esta verdad transforme mi vida y me permita corresponder a
tu amor con tal familiaridad que siempre tenga la confianza para buscar tu
regazo. En el nombre de Jesús, amén. Difundiendo
el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario