Instrumentos de Salvación
“Porque así
nos ha mandado el Señor, diciendo: Te he puesto para luz de los gentiles, A fin
de que seas para salvación hasta lo último de la tierra” Hechos 13:47
Es un gran
privilegio ser partícipes de los planes de Dios; al igual que Pablo, nosotros
los creyentes también hemos sido puestos para ser luz de los gentiles, como lo
dice Mateo 5:14-16 “Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre
un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un
almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así
alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas
obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.”
Ahora bien,
la luz que debe alumbrar en cada uno de nosotros, los creyentes, es Cristo,
pues Él es la luz verdadera, como Él mismo lo declara en Juan 8:12 “Otra vez
Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará
en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.”
Pero, ¿cómo
podemos dejar alumbrar la luz de Cristo en nuestras vidas?, la respuesta es
compartiendo de su amor y de su obra en la cruz, lo cual lleva al pecador a
arrepentirse y a rendir su vida al Señor, pues compartir del amor de Cristo es
compartir la luz del evangelio, el cual es poder de Dios para salvación, como
lo dice Romanos 1:16 “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de
Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al
griego.”
Compartir el
evangelio es el acto más grande de servicio que, como creyentes e hijos de
Dios, podemos hacer; que al igual que Pablo, obedezcamos al llamado de Dios y
podamos decir como el apóstol “Porque así nos ha mandado el Señor, diciendo: Te
he puesto para luz de los gentiles, A fin de que seas para salvación hasta lo
último de la tierra” Oración.
«Padre Dios,
cuán agradecido estoy contigo por haber puesto en mi camino un hijo tuyo, quien
con amor algún día me compartió de tu amor y de la obra redentora de Cristo;
gracias, porque a través de él, tu Luz alumbró mi vida y me llevó al
arrepentimiento y a reconocer a Cristo como mi Señor y Salvador personal. Te
pido, en el nombre de tu Hijo Jesús, que yo también pueda ser ese instrumento
de salvación, para acercar a otros a ti, con el amor y el poder de tu Santo
Espíritu, amén. Difundiendo el mensaje
de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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