El servicio de Jesús, fórmula de salvación
“Nada hagáis
por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a
los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio,
sino cada cual también por lo de los otros. Haya, pues, en vosotros este sentir
que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó
el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo,
tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la
condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la
muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y
le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se
doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de
la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de
Dios Padre” Filipenses 2: 3-11.
Jesucristo
nos muestra cómo siendo Dios, optó por venir a este mundo como siervo, y estando
en esta condición de servicio demostró su humildad y amor, al hacerse obediente
hasta su muerte y muerte en la cruz. Esta disposición a servir en el plan de
salvación de su Padre, lo llevó a entregar su vida por amor, lo cual trajo como
resultado perdón de pecados, salvación y vida eterna a todo aquel que en Él
cree. Esta vida de servicio fue recompensada por el Padre, al darle a su Hijo
un nombre que es sobre todo nombre, de tal manera que solo en el nombre de
Jesús se tiene salvación como lo dice Hechos 4:12, además le dio el honor de
ser llamado Rey de reyes y el Señor de señores como lo dice Apocalipsis 19:16.
Sabiendo
esto, que el servicio de Jesús es fórmula de salvación, busquemos tener el
mismo sentir que hubo en Cristo, para así considerar a los demás como
superiores a nosotros mismos, no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada
cual también por lo de los otros, para que, por medio de nuestro servicio,
Jesús pueda seguir realizando su obra salvadora, atrayendo al perdido a sus
brazos de amor. Que hoy tomemos la decisión de entregar nuestras vidas al
servicio de Dios, para que Jesús, por medio de su Santo Espíritu, utilice
nuestras manos para ayudar al necesitado, utilice nuestros pies para ir a
visitar a los enfermos, a las viudas y a los que están en cárceles, y utilice
nuestra voz para dar aliento al cansado y esperanza al pecador. Que nada de lo
que hagamos sea por contienda o por vanagloria; antes bien que la humildad y el
servicio en amor, sea la marca que nos identifique como seguidores de Cristo e
hijos de Dios. Oración.
«Señor
Jesús, que el mismo sentir que hubo en ti, esté todos los días en mi vida, para
poder dejarte vivir a través de mí y así tener una vida en servicio para seguir
ejecutando tu plan de salvación con la ayuda de tu Santo Espíritu. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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