Claves para
Enseñar
“En el
primer tratado, oh Teófilo, hablé acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a
hacer y a enseñar, hasta el día en que fue recibido arriba, después de haber
dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido”
Hechos 1:1-2
“Porque yo
no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió, él me dio
mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar. Y sé que su
mandamiento es vida eterna. Así pues, lo que yo hablo, lo hablo como el Padre
me lo ha dicho.” Juan 12:49-50
Los primeros
dos versículos del libro de Hechos nos permiten ver que la enseñanza tenía un
papel fundamental en la vida de Jesús. Jesús siempre estuvo dispuesto a enseñar
las verdades de Dios.
Además, en
los versículos del día de hoy, encontramos dos claves que nos permitirán, al
igual que Jesús, enseñar la palabra de Dios de manera correcta. La primera
clave está en Hechos 1:2 y tiene que ver con la relación del Espíritu Santo y
el creyente; si observamos este pasaje, nos damos cuenta que Jesús contaba con
el Espíritu de Dios para dar su enseñanza, por eso dice que daba mandamientos
por el Espíritu Santo a los Apóstoles. Esto es lo que nosotros también debemos
hacer, pues al hablar la palabra de Dios debemos siempre contar con la
dirección y guía del Espíritu Santo, pues como dice Juan 14:26 “Mas el
Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os
enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.” La
segunda clave la encontramos en Juan 12:50 y tiene que ver con la relación del
creyente con Dios Padre; nosotros tenemos que seguir el ejemplo de Cristo, Él
tenía una estrecha relación con su Padre Dios, esto le permitía saber exactamente
lo que Dios le mandaba para transmitirlo tal cual. Y eso es lo que debemos
hacer, cultivar nuestra relación con Dios para tener claridad en lo que Él nos
manda y transmitirlo como Él nos lo dice.
Al igual que
en la vida de Jesús, la enseñanza de la palabra de Dios debe ocupar un lugar de
importancia en nuestras vidas, pues de alguna manera siempre estamos enseñando
algo a los demás. Qué privilegio sería que, en medio de lo que hagamos, podamos
enseñar de la palabra de Dios; pidamos al Espíritu Santo su ayuda. Oración.
«Padre Dios,
que tu Santo Espíritu me de sabiduría y poder para llegar a enseñar tu palabra
como tu Hijo Jesús lo hacía, ahí, en el lugar donde me has puesto, permíteme
hablar con denuedo para tu honra y gloria. En el nombre de Jesús, amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito
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