Ser discípulo para hacer discípulos
“Dijo
entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis
en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos”, Juan 8:31 RVR1960
“pero
recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me
seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de
la tierra.” Hechos 1:8 RVR1960
Si queremos
crecer en nuestra vida espiritual, nosotros los creyentes debemos tener el
propósito de enseñar a otros a ser discípulos, pero primero debemos aprender a
ser nosotros mismos, discípulos. Para ser un discípulo se necesita conocer a
Jesucristo, obedecer su palabra y apoyarse en la guía y poder del Espíritu
Santo.
Claramente
Jesús nos enseña en Juan 8:31 que, si queremos ser verdaderamente sus
discípulos, debemos permanecer en su palabra; es decir, la obediencia es
fundamental, pues esta es una cualidad que le permite al creyente experimentar
las verdades de Dios en su vida, por lo que, obedecer es posible gracias a la
obra de Cristo, porque al creer en Jesús somos hechos nuevas criaturas, creados
en Él para buenas obras, y gracias al poder del Espíritu Santo, quien mora en
cada creyente, tenemos todo lo necesario para, por amor, obedecer.
Precisamente
Hechos 1:8 nos dice que el creyente recibe poder cuando viene sobre él el
Espíritu Santo; esto ocurre en el momento de la conversión, cuando por fe se
recibe al Señor Jesús como salvador personal. Este poder nos infunde aliento
para ser testigos del amor de Cristo; y un testigo es alguien que presencia de
primera mano algo, en nuestro caso, el amor del Maestro. El poder del Espíritu
Santo nos lleva a ser discípulos de Cristo, pues nos impulsa a caminar junto a
Jesús todos los días y eso nos permite conocer íntimamente a Jesús; de esta
manera, aprendemos directamente de Él, lo cual nos cambia, pues al ser testigos
de su amor, nuestra manera de pensar se renueva, lo que redunda en la
transformación de nuestra manera de vivir.
Hoy
pidámosle a Dios que, por medio de su Espíritu Santo, recibamos el poder para
ser discípulos de Jesús y así luego podamos ser testigos de Él, haciendo
discípulos en nuestros hogares, vecindarios y en el mundo entero. Oración.
«Padre Dios,
que tu Santo Espíritu me lleve a ser un verdadero discípulo y, con su poder, me
lleve a ser testigo del amor de Cristo haciendo discípulos para ti. En el
nombre de Jesús, amén. Difundiendo el
mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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