Caminar con
el Maestro me transforma
“No os
conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de
vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios,
agradable y perfecta.” Romanos 12:2.
“Este halló
primero a su hermano Simón, y le dijo: Hemos hallado al Mesías (que traducido
es, el Cristo). Y le trajo a Jesús. Y mirándole Jesús, dijo: Tú eres Simón,
hijo de Jonás; tú serás llamado Cefas (que quiere decir, Pedro)” Juan 1:41-42.
El proceso
del discipulado es un proceso de transformación del carácter del cristiano que
se da a medida que pasamos tiempo con el Maestro, quien, al caminar junto a
nosotros nos enseña las verdades y promesas que ya son nuestras gracias a su
obra en la cruz. Estas verdades al ser escuchadas producen en nosotros fe, pues
la fe viene por el oír y el oír la Palabra de Dios, lo cual genera que nuestra
manera de pensar empiece a ser renovada con la ayuda del Espíritu Santo, lo
cual permite que seamos transformados.
Pedro es un
buen ejemplo de lo que ocurre durante el proceso de discipulado, su vida, una
vida inestable, llena de altibajos, donde podía pasar de hacer afirmaciones tan
certeras como que Jesús era el Cristo, el Hijo del Dios viviente, a negar que
conocía a Jesús; fue transformada a una vida estable al caminar al lado del
Maestro.
El
significado del nombre de Simón, es pajita o junco, algo que da a entender
inestabilidad, pero Pedro significa roca, algo fuerte que da la idea de
estabilidad. Cuando Jesús le dice a Simón que será llamado Pedro, le está
mostrando que él mismo va a ser transformado gracias a la obra de Cristo. Y
efectivamente eso es lo que vemos en la vida de Pedro, una transformación, pues
él llegó a convertirse en uno de los pilares de la iglesia primitiva, siendo un
instrumento poderoso en la obra del Señor.
Si al igual
que Pedro, cada uno de nosotros los creyentes, somos intencionales en buscar al
Maestro para caminar junto a Él todos los días, lograremos experimentar la
estabilidad y el equilibrio en nuestras vidas cristianas, y al igual que Pedro
podremos ser utilizados como instrumentos poderosos en las manos de Dios, para
ser pilares de su Iglesia y ejemplo y canales de su gran amor. Oración.
«Señor
Jesús, mi Maestro, hoy quiero caminar a tu lado, enséñame cómo vivir una vida
cristiana plena y equilibrada, que tu Santo Espíritu me recuerde todas tus
verdades y promesas y me ayude a ser un instrumento de amor en tus manos. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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