Mi gozo está
en Dios
“Aunque la
higuera no florezca, Ni en las vides haya fruto, Aunque falte el producto del
olivo, Y los labrados no den mantenimiento, Y las ovejas sean quitadas de la
majada, Y no haya vacas en los corrales; Con todo, yo me alegraré en Jehová, Y
me gozaré en el Dios de mi salvación. Jehová el Señor es mi fortaleza, El cual
hace mis pies como de ciervas, Y en mis alturas me hace andar.” Habacuc 3:17-19
En la vida,
por propósito y bondad de Dios, pasamos por diversas situaciones y
circunstancias; y evidentemente una de las cuales más nos afecta o en parte nos
descontrola, es cuando tenemos escasez; escasez económica, de respuestas, de
compañía y en general escasez emocional y hasta espiritual, pues como la
palabra lo dice nos está haciendo falta algo, algo que indudablemente
necesitamos y anhelamos.
Pero lo
cierto de todo esto, por difícil y doloroso que sea, es que es completamente
necesario en nuestra vida y es a través de lo cual el Señor nos quiere
edificar. Por eso, Él a través de su palabra, nos enseña que por mucho que
veamos escasez o falta de fruto en una o muchas áreas de nuestra vida, nuestro
gozo nunca debe faltar; puesto que, nuestra alegría y plenitud no deben
depender de los resultados o las circunstancias, sino que siempre deben estar
puestas en Dios.
El gozo de
nuestra vida está en conocer a Dios, en tenerlo a Él en nuestro corazón y en
saber que nos ama y que cada mañana su misericordia es renovada. Eso es lo que
a nosotros nos debe llenar el corazón de alegría y gozo, pues todo lo demás son
añadiduras, de las cuales Dios se encargará de suplir en su tiempo y conforme
al plan y propósito en el cual quiere que andemos.
Recordemos
además este mandato básico y claro, dice Dios en 1 Tesalonicenses 5:16, 18
“Estad siempre gozosos.” “Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de
Dios para con vosotros en Cristo Jesús.” Así que, el llamado es para que en
todo tiempo vivamos en el gozo de Dios y agradecidos por su gran amor. Oración.
«Padre
Celestial, te confieso que en estos momentos de escasez siento desfallecer,
pues no veo el fruto que anhelo y espero; pero he visto que aun en ellos me
estás bendiciendo, pues me formas y fortaleces para los planes y propósitos que
me tienes. Así que, como me has enseñado, mi deseo es que a pesar de que esté
pasando por esos momentos, mi alegría y mi gozo sean manifiestos, pues tengo
conmigo al Dios de mi salvación. En el nombre de Jesús, amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito
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