Momentos sin
Jesús
“Habiendo,
pues, resucitado Jesús por la mañana, el primer día de la semana, apareció
primeramente a María Magdalena, de quien había echado siete demonios. Yendo
ella, lo hizo saber a los que habían estado con él, que estaban tristes y
llorando. Ellos, cuando oyeron que vivía, y que había sido visto por ella, no
lo creyeron.” Marcos 16:9-11
Desde que el
Señor Jesús fue arrestado vemos como sus discípulos lo dejaron por temor (Mateo
26:56), y luego al ver todo lo que aconteció alrededor de este suceso las cosas
para ellos se volvieron más difíciles, pues a su Señor y Maestro lo habían
crucificado, y por consiguiente en su corazón había llanto, tristeza,
desesperanza, miedo, incredulidad, asombro y falta de entendimiento.
Actitudes,
pensamientos y sentimientos similares son los que nos abordan cuando por
diferentes motivos no permanecemos en la presencia de Dios, cuando nos alejamos
y dejamos a un lado nuestra comunión con Él. En el momento menos imaginado y
probablemente sin tener muy claro el porqué de la situación, nosotros también
nos llenamos de desesperanza, tristeza, amargura, incredulidad, temor y todo
aquello que no viene de Dios.
Lo cierto de
todo esto es que su fundamento está en lo que les dijo el Señor Jesús en esos
momentos: “Entonces él les dijo: ¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer
todo lo que los profetas han dicho!” (Lucas 24:25); es decir que, el porqué de
estos tiempos difíciles, es nuestra falta de fe. Cuando nosotros estamos en
continuos momentos sin Jesús es porque hemos dejado de creer, creer en Él y en
su Palabra.
Así que, la
invitación es a que no seamos tardos de corazón para creer. En esos momentos
con el Señor, dispongamos todos nuestros asuntos en sus manos y confiemos que
de todo lo que sucede, Él tiene el control, de esta manera el amor, el gozo, la
paz y la esperanza siempre abundarán. Oración.
«Dios, hay
momentos en que mi fe falta, que son más grandes mis pensamientos que mis
convicciones, se me olvida quién eres y cuánto has hecho por amor a mí, y son
esos momentos los más desagradables y sin sentido en mi vida, porque no tengo
gozo, no hay esperanza y nada me hace sentir pleno. Por eso ruego a ti para que
no dejes que en ninguna situación mi fe falte, lléname de ti y permíteme vivir
arraigado en lo que Tú dices. Por Jesucristo nuestro Señor, amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito
No hay comentarios:
Publicar un comentario